Fue hace dos años que el Toluca rompió el mercado de transferencias de invierno, aprovecharon la crisis entre Rubens Sambueza y el América para hacerse de sus servicios, una contratación que de inmediato levanto polémica entre la afición choricera, que no aceptaba un refuerzo venido del acérrimo rival.
La llegada de Sambu a Toluca no fue sencilla, estuvo rodeada de incertidumbre, de prejuicios por su polémico pasado, incluso, alrededor de cláusulas en su contrato donde se comprometía a “comportarse” en la cancha, a dejar atrás esa etiqueta de jugador violento y sobre todo, a poner lo mejor de su futbol en favor de la causa mexiquense.
El primer semestre no ayudó a la reivindicación, apenas jugó ocho partidos, anotó un gol y acumuló siete tarjetas amarillas y una roja, expulsión tras una grave entrada sobre Isaac Brizuela que le costó perderse el resto del calendario regular y regresó en la Liguilla, pero con esa misma etiqueta de problemático con llegó del América.
Sin embargo, en el segundo semestre con los Diablos demostró su calidad como jugador, se echó el equipo al hombro y fue el capitán que guió los hilos escarlatas a tres clasificaciones más a la Liguilla.
Su mejor momento fue en el primer semestre de este año, cuando junto con Luis Quiñones y Ángel Reyna fueron llamados el club de la pelea, un mote que les gustó pero le cambiaron el sentido, fue adoptado por toda la plantilla hasta hacer un torneo de ilusión, campaña de liderato general, de récord de victorias consecutivas con nueve y con dos finales, en Liga y Copa, ambas las perdieron pero revivieron en la afición choricera esa alegría de pelear un título como hace mucho no sucedía.
Sambueza ya no era ese refuerzo incómodo para el equipo, por el contrario, la afición, sus compañeros, el cuerpo técnico y la directiva ya lo veían como el máximo referente del equipo, como el capitán, dentro y fuera de la cancha.
Rubens se dejó querer, ganó el Balón de Oro como el Mejor jugador de la Liga y lo presumió a te unos Diablos a los que se ganó a pulso.
El segundo semestre de 2018 no fue mejor. Las lesiones y otra vez las indisciplinas en la cancha lo llevaron a perderse varios juegos con los Diablos. Otra vez jugaron finales pero ya no era ese equipo poderoso. Así, el pasado 2 de diciembre Rubens Sambueza jugó su último partido como Diablos, anotó gol y casi lleva al Toluca a una remontada histórica ante el América, pero no sucedió. Ahora pese a tener contrato con el Toluca pidió salir de la institución asegurando que su ciclo como choricero ha terminado, un adiós que hoy los aficionados mexiquenses lamentan tanto o más a lo que lo abuchearon el día en que llegó.