América acabó con la racha de amargura que le habían dejado las últimas tres Liguillas, cuando llegaba como favorito y marchaba eliminado. Ahora se va a casa feliz y con el pase a semifinales después de haber vencido 3-2 a Puebla (global 4-3).
Hacia dos años y medio que no se veía al América en semifinales, la última vez fue en el Apertura 2019. Fernando Ortiz logró lo que el Piojo no pudo hacer en su último torneo aquí y lo que Solari tampoco logró en un año. Encima, el equipo empieza a encontrarse, incluso los jugadores que entraron como relevos de los lesionados Federico Viñas (Henry con gol) y de Richard Sánchez (Pedro Aquino).
Desde el inicio América no se refugió en la ventaja que le daba el empate, el cuadro de Fernando Ortiz asumió que debía ir en busca del partido para evitar sufrimientos. Se acercó al arco de Antony Silva con un tiro libre de Diego Valdés que desvió el portero poblano.
La Franja no se lanzó al ataque de manera desesperada, también era consciente que debía evitar un daño que lo llevara a remolque, finalmente estaban en la serie y tendría alguna opción.
Pero el juego no se prendió, se hizo más de corte físico, con América teniendo la posesión, y sufriendo para encontrar vía de acceso en la zaga poblana que no perdía la concentración.
Anotó América, pero Bruno estaba en fuera de lugar al momento de cabecear. Eso pareció darle un segundo aire al cuadro de Coapa y entonces sí se pusieron en ventaja.
Una buena acción en un desprendimiento rápido dejó a Zendejas en el área, el volante esperó la llegada de Fidalgo y el español puso un centro a segundo palo, ahí apareció Henry que, por extraño que suene, marcó en Liguilla.
Vibró el Azteca, porque ese gol acercaba al América a las semifinales, ponía a Puebla contra las cuerdas, pero la respuesta de La Franja fue inmediata y justo antes del descanso, en una acción en la que Ochoa no midió bien la trayectoria del balón, Segovia le ganó en el salto a Bruno, recentró a segundo palo, Aquino salvó sobre la raya, pero el rechace lo prendió con una media chilena y la mandó al fondo. Partido igualado al 41’.
En el complemento, ahora sí el partido subió de temperatura, arrancó con polémica por un penal de Diego de Buen sobre Bruno Valdez que el árbitro Fernando Guerrero validó en el VAR.
Cobró Diego Valdés y atajó Antony, pero en la revisión se vio que el portero se había adelantado y repitieron el lanzamiento, los poblanos echaban furia. Una acción cargada de polémica. De nuevo el chileno cobró y ahora sí doblegó al portero paraguayo.
América estaba por delante, era el momento para que el juego se rompiera, Puebla tenía que asumir riesgos para ir en busca de dos goles. Habría espacios para que las Águilas lo finiquitaran, pero también debían tener temple defensivo. La bola iba de norte a sur, era matar o morir cuando al reloj le quedaban 20 minutos.
Tuvo América un par de aproximaciones para marcar el tercero, pero fallaron en el último toque. La Franja dio un paso al frente, pero se topó con Ochoa, quien salvó un par de disparos poblanos.
Después en un desprendimiento, las Águilas liquidaron el partido, Ochoa salió con Aquino, el peruano filtró para Valdés y éste fue solidario y tocó para Zendejas que la mandó a guardar al 74’. Y en la compensación Aristeguieta descontó por la vía penal, pero ahí murió el partido.
América volverá a jugar una semifinal dos años y medio después, la Tanoneta de Fernando Ortiz no tiene freno. Si a mitad de torneo se hablaba que Nicolás Larcamón era la opción para llegar a Coapa, ahora no hay argumentos para traerlo. El América de Fernando Ortiz, en 11 partidos, ha logrado más de lo que ofreció el de Santiago Solari. Las Águilas han encontrado una identidad futbolística que le ha devuelto la comunión con su afición. Ahí va el América y se le debe tener en cuenta.
FCM