América es bonanza. Cruz Azul un despropósito. Las Águilas golearon a La Máquina, se la llevaron por delante, no tuvieron piedad y lo castigaron una y otra vez. El despertar del América es total, ha entrado en una inercia de buen juego que se combina con eficacia en ataque y solvencia defensiva. El presente de los celestes es muy negro, es un equipo sin pies ni cabeza, uno al que sus buenas intenciones no le alcanzan para mostrar una cara competitiva. El 7-0 con el que se impuso América, refleja el momento de uno y otro.
Desde el inicio América salió decidido a imponer su dominio, fue un equipo convencido de que vivía un mejor momento anímico y futbolístico. Tomó la pelota y negó a Cruz Azul, algo que en estos días no parece una empresa tan complicada, porque La Máquina carece de identidad y de futbol.
Muy pronto se empezó a acercar al arco de Sebastián Jurado, tragaban saliva los celestes y se lamentaban los americanistas.
Las intenciones del equipo de Fernando Ortiz eran más claras, tenían un plan establecido. Las del equipo de Diego Aguirre no se veían, era un equipo superado en todas las fases, pero resistía en defensa.
A los de Coapa les faltaba precisión, pero el panorama se abrió muy pronto. Richard Sánchez sacó un zapatazo con la pierna izquierda, una raya que sorprendió a Jurado y lo tomó en pleno recorrido, no hubo poder que detuviera el disparo del guaraní y América ya estaba arriba al 14’.
Pareció despertar Cruz Azul con un tiro de Estrada que Bruno tapó con una barrida, pero América tomó la bola, la circuló de un lado a otro y aplacó cualquier intento de sublevación celeste.
Cabecita, más sal a la herida
Y lo que vino después fue un reflejo de lo que hoy es Cruz Azul. En una pelota larga, Henry le ganó la posición y la posesión a Ramiro Funes Mori, le faltaron pierna al argentino que solo le vio el número a la Bomba, quien asistió para que Cabecita llegara a empujar la pelota. Un disparo directo al corazón celeste, si su regreso al América fue un clavo ardiente, el gol que les metió fue una herida mortal. A los 22 minutos las Águilas sometían a una Máquina desnortada.
Los azulcrema bajaron las revoluciones, fue cuando Cruz Azul tomó un aire de confianza, se puso serio y llegó a poner dos pelotas en el travesaño y también marcó un gol por conducto de Rotondi, pero fue anulado por el VAR por una falta del argentino.
Mal y de malas
Y el partido se puso cuesta arriba para La Máquina, primero Funes Mori se fue lesionado y después Baca vio la roja por una falta sobre Henry. Y de esa acción salió el gol de Diego Valdés, un cobro de tiro libre que superó la barrera cuando ya se jugaba la compensación. América le estaba dando una paliza a Cruz Azul en 45 minutos.
Para el complemento, Cruz Azul solo tenía dos caminos: arriesgarse y dejar espacios o apostar por no recibir más daño. Entró Carneiro por Estrada, pero nada mejoró y lo que si llegó fue el gol de Henry Martin.
Emilio Lara mandó un centro desde la derecha a segundo palo, y el delantero yucateco llegó con decisión al encuentro con el balón, su sexto gol del torneo y está convertido en el mejor delantero mexicano del torneo.
América le dio toque a Cruz Azul, el cuadro celeste ya estaba desangelado. Las Águilas se crecían e iban por más. La Máquina pedía con urgencia que el reloj avanzara con rapidez.
Fidalgo rozó el quinto en dos ocasiones, pero al español se le negaba el gol por centímetros, pero el futbol premia a los buenos jugadores y Álvaro marcó un gol con su sello personal, buena conducción y un disparo de media distancia que superó a Jurado.
Y tan de buenas está América que Federico Viñas también se sacudió la malaria con un cabezazo. Y Chava Reyes consumó la desgracia celeste.
América ya está en los puestos de Liguilla, ha disipado las dudas que algunos escépticos tenían de Fernando Ortiz. Cruz Azul vive una crisis alarmante, carece de esencia luce como un equipo sin alma y, por ahora, no se ve cómo pueda salir de esa situación.
FCM