El campeón del mundo Sub 17, Kevin Escamilla, mediocampista de Querétaro y canterano de los Pumas, habló sobre la recepción que tuvo por parte del club universitario al regresar del torneo con la selección menor, la cual fue totalmente opuesta a lo que el futbolista esperaba.
La selección juvenil, dirigida por Raúl Gutiérrez, logró el campeonato en el Mundial Sub 17 de 2011, celebrado en México, consiguiendo así un nuevo campeonato juvenil para nuestro país, siendo el primero en el 2005 en la Copa del Mundo de la misma categoría en Perú.
El mediocampista era un pilar en el equipo dirigido por el Potro, teniendo una destacada actuación a lo largo de todo el certamen, anotando en los cuartos de final contra Francia, partido que ganaron con un marcador de 2 a 1.
El recibimiento en Pumas
Después de ganar la Copa del Mundo contra Uruguay en la final, el joven Escamilla tenía muchas expectativas con respecto al recibimiento en el club auriazul y el futuro que le esperaba.
Entre sus pensamientos, el jugador menciona que llegó a creer que el club felino elevaría ligeramente su salario, el cual afirma era de “3 mil 500 pesos”.
Aunque posteriormente se dio cuenta de que su salario se mantendría exactamente igual, a pesar de haber sido parte del gran logro con la selección juvenil.
"Yo regresé del Mundial y pensé que me iban a subir mi sueldo. Dije 'mínimo me van a subir aunque sea poquito', pero mi sueldo quedó intacto. Ganaba 3 mil 500 pesos, regresé siendo campeón del mundo y dije ‘no voy a pedir 50 mil pesos, con que me suban a 10 mil, yo estaría feliz’. Dije 'con 10 mil, sería el más feliz, podría ayudar a mis papás, podría darle a mi mamá'; nada, ni las gracias", mencionó el campeón del mundo Sub 17 en el podcast tikitaka.mx.
Kevin Escamilla debutó en 2012 con los Pumas, donde jugó hasta 2019, luego fue fichado por los Diablos Rojos del Toluca y actualmente juega para los Gallos Blancos del Querétaro.
MEB