Mientras la Federación Mexicana de Futbol se impuso un lapso de 60 días para analizar y sacar conclusiones del fracaso del Tricolor en la Copa del Mundo de Qatar, varias voces (jugadores, ex jugadores, entrenadores, directivos y analistas) han hecho eco en los males generalizados del balompié mexicano, como el exceso de extranjeros, la ausencia de ascenso y descenso, la multipropiedad y la falta de exportación de más futbolistas a las principales Ligas de Europa.
Sobre este último punto, Marco Fabián de la Mora -mundialista en 2014 y 2018- fue muy enfático y señaló que se necesitan más elementos en el Viejo Continente. “Tenemos demasiado talento y calidad como para que se vayan más mexicanos al extranjero. Por ahí debemos empezar. Yo lo viví, no fue fácil salir de México; al final, cuando uno vive lo que es jugar en las grandes Ligas, es un salto muy grande. A veces la comodidad o zonas de confort te quitan ese sueño”, dijo a mediotiempo el futbolista de Mazatlán, quien de 2015 a 2019 estuvo en el Eintracht Frankfurt de Alemania.
De igual forma también se expresó Oribe Peralta, héroe del equipo olímpico que logró la medalla de oro en 2012: “Los procesos deben ser en sentido del deporte, de ayudar a tus futbolistas a que en lugar de que estén aquí en la Liga MX, salgan al extranjero, o no taparles con elementos extranjeros”.
La gran diferencia
Para el debut mundialista en Qatar, Gerardo Martino decidió alinear a solo tres jugadores que están en Europa: Edson Álvarez y Jorge Sánchez del Ajax, e Hirving Lozano del Nápoles. A los otros seis jugadores a los que llamó del Viejo Continente no los consideró en mejor momento que la base de la Liga MX.
Por ejemplo, Andrés Guardado estaba limitado en lo físico por su veteranía, tal como se vio ante Argentina; Raúl Jiménez nunca estuvo al cien por su lesión y solo fue recambio; Erick Gutiérrez tuvo una actuación discreta; Orbelín Pineda recibió su oportunidad hasta el último juego contra Arabia y fue de lo mejor; mientras que Johan Vásquez y Gerardo Arteaga no tuvieron ningún minuto en el torneo.
Cuatro años antes, en Rusia 2018, Juan Carlos Osorio para el primer juego contra Alemania mandó una alineación con ocho elementos en Europa: Guillermo Ochoa, Héctor Moreno, Carlos Salcedo, Guardado, Héctor Herrera, Lozano, Miguel Layún y Javier Hernández. Seis de ellos estaban en las llamadas competiciones top, como son LaLiga española y la Bundesliga de Alemania; mientras que Ochoa era referente en el Standard Lieja de Bélgica y Lozano del PSV Eindhoven de Países Bajos.
Es cierto que no siempre ha existido más cantidad, pero sí mayor calidad. En Brasil 2014 Miguel Herrera solo llamó a ocho jugadores que estaban en Europa, y en cancha solía poner a cinco: Ochoa, quien estaba en Ajaccio de Francia; Moreno, en el Espanyol de Barcelona; Héctor Herrera era capitán del Porto; Guardado probaba suerte en el Leverkusen de Alemania y Giovani dos Santos en ese momento estaba en el Villarreal.
Cantidad no es igual a calidad
Apenas en este verano mucho se habló de que varios elementos mexicanos dieron el salto al futbol europeo; sin embargo, de los seis movimientos que se registraron, solo los de Santiago Giménez, al Feyenoord, y el de Jorge Sánchez, al Ajax de Países Bajos, fueron en un plano estelar, mientras que los demás fueron a clubes y categorías más discretas.
Jesús Alcántar se fue al Sporting de Lisboa B de Portugal; Alonso Aceves, al Real Oviedo de la Segunda División de España; misma categoría a la que llegó Jordan Carrillo con el Sporting de Gijón; y Santiago Naveda dejó al América por enrolarse con el Mieds de Polonia.
Ahora, después de la Copa del Mundo, solo se ha confirmado el regreso de Guillermo Ochoa al futbol europeo a sus 37 años, mientras que de la nueva generación César Montes es el que tiene una oferta para llegar al Espanyol de Barcelona. Por nadie más hay algo en concreto.
Así la realidad del futbol mexicano y una de las razones que detonaron el fracaso en Qatar.
MGC