La selección nacional tuvo un partido amistoso contra el Atlético de Madrid en 1993, un duelo que no será recordado por los dos goles que le anotó Luis García al Tri, sino por la batalla campal que se dio en el Estadio Azteca.
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Lo más atractivo para la afición mexicana en aquel entonces era ver a Luis García, quien vistió la playera de ambos cuadros, ya que jugaba con los colchoneros, pero nadie pensaba que todo terminaría en un gran pleito que comenzó gracias a una fuerte entrada de Juan de Dios Ramírez Perales a Roman Kosecki, quien inmediatamente respondió la agresión.
Javier Aguirre fue uno de los jugadores de la selección mexicana que comenzó a repartir patadas, hasta los porteros Jorge Campos y Félix Fernández entraron al conato de bronca. Cada equipo terminó con nueve hombres.
Luis García hace años recordó en Hazaña el Deporte Vive este partido donde le marcó dos goles al Tricolor, por lo que fue considerado como “vende patrias” y “traidor”, “pero no sucedía así, yo tenía que entregarme a mi equipo”, además se echó para atrás en el conato de bronca, “no podía pegarles ni a uno ni a otros, uno era mi país, otro era mi equipo”
Al final, el ahora comentarista de Azteca Deportes comentó que en la noche se fueron de fiesta todos juntos en el Yuppie's y después en el Bar-Bar, “empedando los del Atlético y la selección”.
ZZM