El comienzo de un recambio es difícil, algunas veces hasta lento. La selección mexicana vive un proceso como el mencionado y en sus encuentros más cercanos se ha notado. Esta noche, en la cancha de La Corregidora, el tricolor no pudo con su similar de Chile. Los andinos, con Arturo Vidal y Alexis Sánchez, exigieron a tope a los jóvenes nacionales y en la recta final, Nicolás Castillo sentenció el duelo. No fue un duelo sencillo, aunque los dirigidos por Ricardo Ferretti siguen sin convencer.
Habían transcurrido 35 segundos, cuando Hirving Lozano ya había dado aviso de su peligrosidad. El delantero de la selección mexicana y el PSV de Holanda, tomó la pelota delante de la media cancha y desde ahí armó una jugada que terminó con un disparo por encima del arco de Brayan Cortés, el cancerbero andino. El atacante imprimió vértigo y encendió a una tribuna que ya coreaba su nombre desde antes del inicio del encuentro.
Ricardo Ferretti montó a una escuadra mayoritariamente rápida y en el ataque, se notó más que en otra línea. Al minuto 9, ahora por el sector derecho, Jesús Manuel Corona encaró a un par de rivales en la marca, salió bien librado y al igual que Lozano, encaró a Brayan Cortés, pero de idéntica manera que Hirving, falló en el disparo. México lucía más avispado, un sinodal veloz, técnico y con capacidad para desdoblar y hacer daño.
Avanzaba el cronómetro y el partido se abría, mejoraban ambos equipos. Al 19', Marco Fabián tuvo la posibilidad de mayor relevancia en todo el primer tiempo. El ofensivo del Frankfurt quedó de frente a Brayan Cortés y erró el disparo definitivo. Chile comenzó a arriesgar. Los dirigidos por Reinaldo Rueda tomaron por sorpresa a la defensa nacional en más de una ocasión, pero salvaguardando el resultado gracias a cortes a tiempo de Javier Güémez.
Se extinguía la primera mitad con emociones a flor de piel. La afición mexicana, poco acostumbrada a tener a su equipo en territorio propio, se encargó de disfrutar el duelo a su forma. Cuando el espectáculo hizo falta en la cancha, las butacas de La Corregidora entonaron cánticos a favor de Lozano, el 'Cielito Lindo' y hasta practicaron 'la ola'... Mientras el encuentro se hacía maduro, los presentes se las ingeniaban para aminorar el frío.
Faltaban escasos minutos para que ambas escuadras se marcharan a los vestidores, cuando Arturo Vidal convirtió en asistencia un despeje y con ello, condujo un par de metros para ingresar al área mexicana y ahí, fallar su intento ante Hugo González. El complemento aguardaba por el desenlace, en el papel, por los goles y las mejores acciones. Ambos cuadros se habían entregado en La Corregidora.
El complemento arrancó con una selección chilena que trataba de maximizar sus fortalezas. Casi de inmediato en el arranque, Vidal y Alexis combinaron, para dejar a este último con posibilidad seria de tiro. Jugó González vio cómo la pelota pasó por un costado de su marco. México comenzó a fallar pases de rutina, a perder tiempo en el mano a mano... El ataque, que en un inicio lucía sólido, se difuminaba en los instantes cruciales.
Los papeles se invirtieron. México pasó de ser un anfitrión posesivo, que sumaba esmeros en ofensiva, a un contendiente que debía resistir embates en contra. No era, ni cerca, el mejor escenario posible. Así, Ferretti tres movimientos de un solo golpe: Isaac Brizuela, Erick Aguirre y Jürgen Damm. El 'Tuca' buscaba recobrar la velocidad en el traslado de la pelota y de igual forma, la tenencia de la misma. Quedaba poco tiempo de por medio.
Chile siguió siendo un sinodal fuerte, que no dejaba de insistir en ofensiva. De hecho, al 70', Hugo González volvió a ser factor al detener un cabezazo contundente de Erick Pulgar, salvando su meta. México mostraba carencias. El cierre del juego fue complejo de asimilar, Joel Aguilar, el árbitro, anuló un tanto chileno que parecía legítimo. La selección mexicana se desdibujó, no encontró capacidad de respuesta en sus cambios y cuando el duelo agonizaba apareció Nicolás Castillo para marcar el tanto del triunfo.