Jueves 7 de junio de 1962, estadio Sausalito en Viña del Mar, Chile. La selección mexicana cerraba su participación en su cuarta Copa del Mundo —no asistió a Italia 1934 ni a Francia 1938—, lo hacía en busca de saborear una victoria en el máximo teatro del futbol mundial.
El conjunto mexicano era dirigido por Ignacio Trelles, un entrenador con un perfil marcado, que trataría de cambiar la suerte de los 13 partidos previos que México había disputado en Copas del Mundo (dos en esa misma justa con derrotas ante Brasil y España).
El escenario no es sencillo, enfrente está un equipo áspero como Checoslovaquia. Nacho Trelles echa mano de jugadores que ya gozaban de reconocimiento en el futbol mexicano: Antonio Carbajal, Jesús del Muro, Guillermo Sepúlveda, Ignacio Jauregui, Raúl Cárdenas, Pedro Nájera, Alfredo Hernández, Alfredo del Águilas, Salvador Reyes, Héctor Hernández e Isidoro Díaz.
De pronto el partido tomó un rumbo más complicado, no se ha cumplido el minuto de juego cuando Vaclav Masek ingresa por la banda izquierda y vence a Carvajal que salió para tratar de impedir el daño. 1-0 y un mundo por delante y la pesadilla parece no tener fin.
Los checos se pierden el segundo en otra incursión de Josef Stibranyi. México precisa de una reacción para evitar otra derrota. Sufría el cuadro Tricolor que logró tejer una buena jugada, Alfredo del Águila tocó retrasado para Héctor Hernández, quien remató, su tiro no llevaba dirección de gol, pero en el segundo palo se la encontró Isidoro Díaz, quien la empujó con la izquierda para el 1-1 al minuto 12.
El cuadro de Nacho Trelles estaba vivo, recuperaba la ilusión, recibía los aplausos porque la acción del empate fue una obra colectiva. México resistía en defensa y exploraba sus opciones en un contragolpe. El equipo mexicano adelantaba de vez en cuando las líneas. Alfredo del Águila robó la pelota en una salida de los checos, se acompañó con Alfredo Hernández, una pared que rompió a los checos y del Águila con una media vuelta con la pierna zurda venció al portero Viliam Schrojf.
Los checos pelearon el resto del juego por el empate, se lanzaron con futbol y cuando éste no alcanzaba aparecieron los arreones, pero el equipo mexicano mostró empaque en defensa. Carvajal levantó un muro, y el cuadro de Trelles transmitió peligro en el contragolpe. Los nervios seguían a tope, la primera victoria en una Copa del Mundo estaba cerca.
En la recta final del partido Jauregui llevó la pelota, sacó un par de disparos al arco de los checos, el primero fue tapado por un defensa, pero el mexicano insistió y el segundo fue también tapado por el zaguero Jan Lala. Penal claro que el árbitro suizo Gottfried Dienst no pestañeó para marcar.
Héctor Hernández toma la pelota, se para con firmeza, arranca y golpea con derecha, engaña al portero Schrojf. Llega el final del partido, por fin se alcanza una victoria en una Copa del Mundo, lo ha logrado Nacho Trelles en el partido número 14. Fue así como el entrenador anotó su nombre en la historia de la selección mexicana. Uno de las muchas distinciones que logró en el futbol mexicano.
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