La Selección Mexicana cerró el 2020 con buenas sensaciones. Si bien estuvo sin actividad muchos meses por la pandemia del covid-19, en los últimos 50 días jugó cinco partidos amistosos a los que le sacó el mayor provecho posible, concluyendo con el duelo frente a Japón que se saldó con un triunfo de 2-0, pese al desastroso primer tiempo ofrecido.
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Por ese motivo, Gerardo Martino se mostró satisfecho, pese a todos los inconvenientes que atravesaron. Sí, el año parecía perdido, pero se rescató con los rivales competitivos que se consiguieron, hasta de tres continentes diferentes, algo inédito en los duelos amistosos del Tricolor. No hubo cantidad, pero sí calidad.
“NO AFECTÓ TANTO”
México le ganó a Guatemala en su primer compromiso de 2020. Si bien el rival no exigió, le sirvió para tener juntos a sus futbolistas y ver qué tanto se había perdido de su idea de juego. Aquel duelo fue únicamente con elementos de la Liga Mx. Los partidos posteriores fueron a los que más provecho se les sacó. Dos giras por Europa en las que obtuvieron tres victorias: Países Bajos, Corea del Sur y Japón; además de un empate ante Argelia.
Ante esto, el Tata fue muy claro después de vencer a Japón, pues se logró que el conjunto nacional pudiera competir contra selecciones de otro nivel, ante la élite de otros continentes, que se pararon con diferentes sistemas, que complicaron, y por ello, se tuvo que corregir en el campo.
“No afectó tanto, pudimos corregir el año con los amistosos, porque no solo modificamos formas de jugar, también enfrentamos a rivales con diferentes sistemas y la posibilidad de seguir siendo sólidos y competitivos; usar esquemas que no hemos usado mucho nos deja muy satisfechos porque tenemos un abanico de recursos”.
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Agregó que “fue un año que pudimos aprovechar, se empezó el 2020 con una situación muy difícil y no sabíamos cuántas posibilidades íbamos a tener de poder jugar, hemos tenido muy buenos rivales, exigentes, el aspecto de los resultados fue muy bueno, el juego también, y también muy productivo porque en cada uno de los cuatro partidos habíamos pasado por momentos diferentes, y eso nos da mucha experiencia, y vemos dónde podemos corregir, el equipo tiene un gran margen de mejora”.
UN MAL PRIMER TIEMPO
El cuadro Tricolor cerró el año con una victoria ante Japón, un rival que le exigió y que lo dominó todo el primer tiempo, pero Guillermo Ochoa impidió la caída del marco mexicano con espectaculares atajadas.
Apenas al minuto 12, Genki Araguchi metió un tiro potente que Ochoa desvió de manera espectacular con la mano izquierda. Dos minutos después, de nueva cuenta tocaron a la puerta mexicana. Primero con un tiro de Daichi Camada que Memo sacó con los pies. En el contrarremate, Junya Ito exigió de nueva cuenta al guardameta del América.
Para el segundo tiempo, la entrada de Edson Álvarez al mediocampo le dio esa estabilidad y ritmo que necesitaba el Tricolor. Se adueñaron de ese sector y de ahí partían hacia el área enemiga
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Fue hasta el minuto 63, que los nuestros abrieron el marcador con un golazo de Raúl Jiménez, quien definió de tres dedos a segundo poste. México dominaba las acciones en el segundo tiempo, y al 68’, Henry Martín filtró para Hirving Lozano, quien en un mano a mano venció al poste derecho a Schmidt.
Se consumieron los minutos y no hubo más. Cayó el telón del año más atípico.