La selección mexicana estará en el Final Four de la Liga de Naciones, aunque ahí ya serán duelos a matar o morir y en los que sí tendrá que dar una imagen de avance. En su regreso al estadio Azteca, el equipo de Diego Cocca empató 2-2 con Jamaica, un partido en el que el bloque de experiencia quedó a deber.
Sí, es verdad que es pronto para que el sello de Cocca se manifieste, pero es ahí donde estos futbolistas que traen más horas de vuelo tienen que demostrarlas, el tema es que quedan por debajo de las expectativas y eso la grada no lo perdona, porque el fracaso en Qatar aún estás fresco en la memoria y el público no lo olvida.
Desde el inicio, el partido para México se puso a contracorriente, ese deseo que había por ganarse a la tribuna se convirtió en una tarea mayúscula, una en la que había que poner futbol y carácter.
Ya se sabía que los caribeños son un equipo con más talento que Surinam, con más recursos y con una idea más avanzada. Vaya, hoy tienen más tiempo de trabajo con su entrenador que lo que ha tenido Cocca.
Sorprendidos
Iba México con algunos esbozos en el inicio, la grada estaba de su lado, parecía la mezcla perfecta. La tribuna se emocionó con un cabezazo de Moreno que el portero Jahmali Waite sacó con un buen manotazo.
Lo que vino después fue un golpazo para el equipo mexicano, uno que nadie se esperaba, porque los jamaicanos se pusieron en ventaja con un golazo. Bobby Reid cazó un rechace, el delantero del Fullham le metió todo el empeine derecho, sorprendió a Memo y a todo el Coloso de Santa Úrsula. Era el minuto 7 y el conjunto de Cocca ya tenía una prueba de fuego.
Luego, en las tribunas, se dio una muestra de que la afición aún tiene resentimiento por el último fracaso, y tomaron a Ochoa como punto de sus reclamos, con gritos de “Acevedo, Acevedo”, cada vez que el capitán tomaba la pelota. También Jorge Sánchez fue otro que corrió con la misma suerte.
Lo empató México con un gol en el que otra vez la suerte estuvo de su lado. Chucky tiró una diagonal, Henry tocó con el tacón y el balón le quedó a Orbelín quien la empujo. Vuelta a empezar al 17’.
Vaivén de emociones
Jamaica no se arrugó, no fue un equipo que se lanzará al ataque con mucha decisión, pero sí transmitía peligro en algunas pelotas largas. Y de nuevo, otra desatención y otra vez a ir remolque, porque en un córner la pelota le rebotó a Edson Álvarez y éste la mandó al fondo. Media hora de juego y el gesto de desencanto. La Selección con un 11 mundialista y cargada de experiencia no estaba a la altura. Y no, no era por Cocca, porque si bien es cierto que aún no se ve su idea, los jugadores tampoco dieron ese paso al frente.
Una fuerte lluvia y la amenaza de tormenta eléctrica detuvieron el duelo por más de 15 minutos. Tras la reanudación empezó un nuevo partido y justo antes del medio tiempo un penal sobre Henry Martín lo convirtió el Chucky para que la calma regresara.
Paciencia y más juego
En el complemento fue un duelo físico, Jamaica dio unos pasos al frente y aunque México no dejaba de atacar, le faltaba claridad en la última zona. Pasada la hora de partido, Cocca movió el banco. Lainez y Jiménez por Orbelín y Henry para refrescar el ataque.
El partido estaba atascado, no había alguien que ejerciera como un factor de desequilibrio. La más clara la tuvo Raúl cuando Gallardo le bajó una pelota, pero el tiro de Jiménez fue desviado a córner. Y luego Lainez la puso en el travesaño.
No hubo más, en su vuelta al Azteca, la selección mexicana no pudo contagiar a la gente de esperanza en el inicio de un nuevo ciclo, avanzó con las uñas al Final Four, pero los abucheos a Coca, Ochoa, Sánchez y Jiménez solo demuestran que el público tendrá poca paciencia, la misma que el sábado pedía Cocca, quien deberá trabajar para ir asentando y consolidando su idea lo más pronto posible, ya sea con jugadores de la Liga Mx o los que vienen de Europa, al Tricolor se le irá pidiendo más y mejor juego y la paciencia se irá agotando.
ZZM