El momento que vive Santiago Giménez con el Feyenoord de los Países Bajos ha llamado la atención no solo en México, también en algunos clubes de Europa que empiezan a tener en el radar como posible refuerzo al Bebote, porque Giménez está construyendo una temporada que puede ser histórica.
Sí, Santiago vive en estado de gracia, así lo dejan ver los 12 goles que lleva en la Eredivisie en apenas 8 Jornadas, una cifra que lo sitúa como uno de los mejores romperredes de Europa, porque su promedio de efectividad es de 1.5 anotaciones por juego, ni Erling Haaland ni Kylian Mbappé registran esos números.
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Ese paso goleador ha generado que se abran debates sobre si Giménez debería de ser ya el centro delantero titular de la Selección Mexicana, porque es el atacante que mejor momento vive de los atacantes que hoy componen la convocatoria de Jaime Lozano. Sin embargo, es precisamente su funcionamiento con el Tricolor donde se ciernen las dudas de si ya está listo para tal encomienda.
Debajo de los históricos
Con la camiseta nacional Giménez aún tiene mucho que demostrar, y todavía tiene que labrarse una carrera y construirse un nombre que le permita reclamar un sitio más protagónico, porque ha tenido sus oportunidades, pero la eficacia no ha sido la misma.
Y es que cuando se habla del sitio que podría ocupar, también es innegable echar la vista atrás para comparar el paso que lleva Giménez con el que en su momento tuvieron otros jugadores que están o estuvieron en selección mexicana, y que fueron encontrando el arco rival con más frecuencia.
Con la playera Tricolor, el Bebote apenas ha marcado cuatro goles en los 20 juegos que ha disputado con el equipo mexicano desde que debutó con la Selección en octubre de 2021; aunque es verdad que uno valió una Copa Oro, pues en la Final contra Panamá salió desde el banco para ser la solución goleadora que le faltaba al equipo mexicano. En cinco minutos fue capaz de desatar la locura en el Sofi Stadium. Ese instinto coronó el interinato de Jaime Lozano y le dio a la Federación una tregua que necesitaba con urgencia.
Pero en esa comparativa, que puede gustar para bien o para mal, Javier Hernández, el histórico goleador del equipo azteca ya había registrado 14 anotaciones en sus primeros 22 juegos con la camiseta verde, también en un periodo de dos años. Mientras, Oribe Peralta, el ex delantero que se proclamó como héroe en los Juegos Olímpicos de Londres 2022, tenía números similares a los de Chicharito pues contabilizaba 14 goles en 23 duelos.
Santiago también está por debajo de Carlos Vela, quien en sus primeros 23 juegos con el conjunto nacional ya contaba con ocho tantos marcados. Eso sí, los números de Santiago son casi idénticos a los de Raúl Jiménez, quien llevaba también cuatro goles en sus primeros partidos 20 encuentros con el Tricolor.
El relevo generacional
Sí, el futuro le pertenece a Santiago Giménez, de eso no hay duda, porque es quien comanda el relevo generacional de la delantera de Selección Mexicana, y detrás de él todavía no se vislumbra un prospecto de nueve. Incluso hoy, cuando se pronuncia su nombre, se recuerda con cierta amargura la increíble decisión de Gerardo Martino de haberlo dejado fuera del Mundial de Qatar.
Si la meritocracia será uno de los ejes conductores de la gestión de Jaime Lozano en el banquillo de la selección mexicana, Santiago debería partir como titular este sábado y también el próximo martes contra Alemania; a fin de cuentas, gran parte de la continuidad de Jimmy se debió a ese gol que marcó Santi ante los canaleros, pero el propio Lozano dejó eso en el misterio.
“Es evidente que todos pensamos muy similar, pero para mí hoy los tres viven, para lo que me han demostrado aquí, un buen momento y habrá que estar tranquilos, sé que hacemos algún debate y el gusto se rompe en géneros, pero hay que estar tranquilos por lo que se tiene en México y en Selección Nacional”, dijo Lozano.
En caso de que se apueste por él, le tocará pasar por el radar de la máxima exigencia y ahí tendrá que responder con goles, sobre todo por el nivel que ha mostrado en el Feyenoord, y porque al final del día a los centros delanteros se les mide por las pelotas que mandan al fondo de la red y se les crucifica en cada balón que acaba fuera de los tres palos.
MGC