Hace una década, el entonces presidente estadunidense Barack Obama lanzó una iniciativa para proteger a los migrantes que llegaron de niños a Estados Unidos, pero los dreamers o soñadores, como se les llama, siguen a la espera de una solución definitiva.
La Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés) fue el recurso de Obama para proteger a estas personas contra la deportación y permitirles trabajar, después de que el Congreso, dominado por los republicanos, se negara a aprobar en 2010 la "Ley de fomento para el progreso, alivio y educación para menores extranjeros" (DREAM Act).
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Desde el lanzamiento del programa los Servicios de Ciudadanía e Inmigración (USCIS) han aprobado 835 mil 097 solicitudes.
Para acogerse al DACA, estos migrantes deben vivir en Estados Unidos desde 2007 y haber llegado antes de cumplir 16 años. También deben estar estudiando, haberse graduado o ser veteranos de las fuerzas armadas y no tener antecedentes penales.
El Instituto de Política Migratoria (MPI) estima que 1.2 millones de migrantes cumplían con los requisitos del programa para postularse, lo que sugiere que más de dos tercios de los elegibles se inscribieron en él.
"Tu casa está aquí"
Al 31 de diciembre, las cifras más recientes proporcionadas por USCIS, 611 mil 470 personas tenían este estatus.
"DACA es temporal, pero mi casa está aquí", en Phoenix, Arizona, afirma en un vídeo Karina, una migrante acogida a este programa de la oenegé United We Dream.
A lo largo de la década el programa ha recibido numerosos reveses judiciales a los que ha sobrevivido.
"Quiero que todos los soñadores sepan que los apoyamos. Tu casa está aquí, y seguiremos luchando por ti", tuiteó este miércoles la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, quien aboga por aprobar una legislación que les garantice una vía hacia la ciudadanía, una promesa de campaña del presidente Joe Biden que ha tropezado con la oposición del Senado.
DACA nació como una medida provisional y sigue siéndolo a falta de una iniciativa definitiva del Congreso, pero se halla bajo amenaza.
En 2017, el entonces presidente republicano Donald Trump quiso ponerle fin alegando que era inconstitucional, lo que provocó una batalla judicial que terminó en la Corte Suprema. Esta última lo mantuvo abierto para los beneficiarios pero impidió la presentación de nuevas solicitudes.
En diciembre de 2020, un tribunal lo reabrió a nuevos solicitantes pero en julio de 2021 un juez federal dictaminó que Obama se excedió en su autoridad al instaurar el programa y que sólo el Congreso tiene potestad en temas de inmigración. La corte volvió a bloquear a nuevos solicitantes.
El gobierno de Biden apeló la decisión ante el Quinto Circuito, que a principios del próximo mes de julio escuchará los argumentos del caso. Para intentar convencer al tribunal, su administración presentó una propuesta para conferir una base legal al programa.
En peligro
El DACA "ha resistido la prueba del tiempo, soportando una década de ataques crueles y partidistas de las fuerzas antimigrantes" pero dentro de pocas semanas su futuro vuelve a peligrar, afirmó la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, en un comunicado.
Pelosi hace un llamado a los republicanos en el Senado "para que dejen de oponerse" a la American Dream and Promise Act, una propuesta de ley que promete un camino hacia la ciudadanía para millones de migrantes.
José Muñoz, de United We Dream, pide a los políticos que pasen de la teoría a la práctica. "Los demócratas hacen promesas de protección permanente" y ahora que tienen el poder "es tiempo de que las cumplan", declaró.
Este programa ha dado oportunidades a más de medio millón de mexicanos, "el 80 por ciento de todos los beneficiados", destacó el embajador de México en Estados Unidos, Esteban Moctezuma Barragán, quien destaca su contribución a la prosperidad estadunidense y su trabajo esencial durante la pandemia.
Según estimaciones citadas por el MPI, los beneficiarios de DACA aportan casi 42 mil millones anuales al Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos.
Algunos migrantes, como el mexicano Yair Castellanos, de 20 años, se sienten excluidos. "Yo desafortunadamente no puedo recibir el DACA", declara, "porque no tengo forma de demostrar que estaba aquí con mi madre", con quien afirma que cruzó la frontera cuando tenía seis años.
FS