Los familiares de unos 180 refugiados rohinyás que llevaban semanas a la deriva en el océano Índico perdieron contacto con la embarcación dañada y los consideran muertos, indicó el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
Miles de rohinyás, una minoría musulmana perseguida en Birmania, abandonan cada año los campamentos de refugiados de Bangladesh para intentar llegar, por mar, a Malasia o Indonesia, pero muchos mueren en esa peligrosa travesía.
El barco zarpó el mes pasado con decenas de mujeres y niños a bordo. Había sido localizado en mal estado frente a las costas de Tailandia, India, Malasia e Indonesia.
"Los familiares perdieron contacto con la embarcación. Los últimos que lograron contactar consideran que han muerto. Esperamos que no sea así. Si es cierto, es una noticia dramática", indicó ACNUR este fin de semana en Twitter.
Una joven de 23 años que iba en el barco, llamada Munuwara Begum, contactó la semana pasada a su familia, residente en un gran campamento de refugiados rohinyás de Bangladesh.
"Estamos en peligro. Ayudadnos". No tenemos ni agua ni comida, ni nadie que nos salve de este barco que se está hundiendo”, lanzó la mujer, según una grabación de la llamada.
El domingo, otro barco de madera que tenía el motor estropeado llegó al oeste de Indonesia con 57 refugiados rohinyás, todos hombres, informó la policía local. Llevaban un mes en el mar.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) pidió a los países de la región que "colaboren urgentemente para evitar que se repita la crisis de 2015", cuando miles de refugiados rohinyás perecieron frente a las costas de Malasia, Indonesia y Tailandia.
"Los gobiernos y sus socios ya han logrado trabajar juntos antes para encontrar soluciones a escala regional", recordó la OIM. "Solicitamos, de nuevo, una acción regional urgente", exigió la organización.
EVC