Familiares entierran a los muertos de atentado de ISIS contra mezquita chiita en Afganistán

Los talibanes, que gobiernan en todo el país, se comprometieron a proteger a todas las comunidades; el Estado Islámico sigue buscando formas de ampliar su poder en la región.

El Estado Islámico reivindicó el atentado suicida de este viernes contra una mezquita chiita. (AFP)
AFP
Kunduz, Afganistán /

Un gran cementerio de Kunduz, en el norte de Afganistán, acogió este sábado los funerales de las víctimas del atentado que el grupo Estado Islámico llevó a cabo el viernes contra una mezquita chiita de esa ciudad y que dejó al menos 60 fallecidos.

Un sepulturero informó de que se habían cavado 62 tumbas tras el atentado, cuyo saldo final podría rozar el centenar de muertos. Un terrorista suicida del grupo Estado Islámico detonó su chaleco explosivo en la mezquita Sayed Abad, atestada por la gran oración del viernes.

El ataque en la ciudad de Kunduz se produjo cinco días después de un atentado con bomba contra una mezquita en Kabul. (AFP)

Según el grupo yihadista, el atacante suicida era conocido como "Mohamed el uigur", dando a entender que formaba parte de la minoría musulmana china, algunos de cuyos miembros se unieron al Estado Islámico.   

Se trata del ataque más mortífero desde que los últimos soldados estadunidenses y extranjeros abandonaron Afganistán, el 30 de agosto. Los talibanes, que gobiernan en todo el país, se comprometieron a proteger a todas las comunidades, pero los chiitas de Kunduz han quedado traumatizados por el atentado.

ISIS afirma en el comunicado que uno de sus kamikazes "activó su chaleco explosivo en medio de la multitud" chiita. (AFP)

Los padres de un joven de 17 años, Milad Husain, asistieron al entierro de su ataúd, sin poder contener las lágrimas. Su tío, Zemarai Mubarak Zada, aseguró que su sobrino quería ser médico, como él.  

"Era un joven tranquilo, hablaba poco", confió su tío. "Quería ir a la universidad, casarse. Estamos destrozados".
El ataque está firmado por el grupo Estado Islámico del Khorasan (EI-K), brazo local del grupo yihadista. (AFP)

Después de una oración, los sepultureros enterraron el féretro, ante la mirada atenta de sus familiares, afligidos. Una escena que se repitió decenas de veces el sábado en este cementerio con vistas a Kunduz.

dmr

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