DOMINGA.– La bandera mexicana está en el centro de controversia de las protestas contra las redadas masivas de migrantes en Estados Unidos. Para muchas personas mexicanas o descendientes de mexicanos, “cuando la vemos, se nos hincha el pecho de orgullo, nos emociona”, dice Samuel Flores, un líder comunitario en Los Ángeles.

Pero para simpatizantes y funcionarios del gobierno de Donald Trump, las tricolores que aparecen relacionadas con actos de vandalismo en varias fotografías prueban que los manifestantes son extranjeros indocumentados que están violando suelo estadounidense.

Por ejemplo, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, usó una de esas imágenes para argumentar que su país “debe revertir la invasión desatada por Joe Biden de millones de inmigrantes ilegales no autorizados en nuestro país”.

“Toda nación no solo tiene el derecho de actuar en legítima defensa, sino también el deber de hacerlo”, tuiteó el secretario de Estado, Marco Rubio

​“Importa el tercer mundo, conviértete en el tercer mundo”, sentenció el congresista Brandon Gill.

Stephen Miller, subdirector de personal de la Casa Blanca, acusó: “el gobierno del Estado de California ayudó, instigó y conspiró para facilitar la invasión de Estados Unidos”.

El uso político de los símbolos mexicanos por los trumpistas fue advertido por personalidades mediáticas como Bo Snerdley, quien señaló el “comienzo de la campaña publicitaria para las elecciones de 2026”, porque un “manifestante enmascarado con bandera mexicana se convierte en el símbolo de los disturbios contra ICE en Los Ángeles: Propaganda perfecta para Trump"

Mientras que el estratega político republicano Matt Wylie se congratuló porque “esas imágenes —gente en turbas ondeando y envuelta en banderas mexicanas, gente atacando a la policía y saqueando negocios—” son “un espectacular regalo de cumpleaños adelantado” para Trump, quien podrá así probar que “la crisis fronteriza no es solo un fracaso de la política, sino una invasión en toda regla. Ningún mensaje habría logrado lo que esas fotos y grabaciones acaban de lograr. Fue un golpe de suerte política y la Casa Blanca no podría haberlo orquestado mejor ni aunque lo hubiera intentado”.

En redes, los usuarios debaten de quién se trata: “Son provocadores enviados por el régimen de Trump, van a causar problemas dándoles contenido en video para usar después como pretexto cuando se pongan a disparar contra estadounidenses”, sostuvo @Bricktop_NAFO

“Son estadounidenses”, replicó @AcademiaScout. “Había agentes del DHS y del ICE a unos 7.5 metros de distancia. Sin embargo, esto demuestra a todos los que quieren ver cómo los medios usan esa misma imagen una y otra vez para que parezca que todos ondeaban banderas mexicanas. Además, está permitido por la Primera Enmienda” (que garantiza la libertad de expresión)”.

¿Quiénes son los que se dan al vandalismo con la enseña nacional?

“Es complicado, es muy difícil porque todos traen máscara”, responde Flores desde el lugar de los hechos. “Pero este personaje ya lo habíamos visto en otras marchas, utiliza la bandera mexicana para hacer este tipo de desmanes y causar que nuestra gente mexicana esté pagando las consecuencias. Y eso no se vale. Si ustedes miran, cuando la caravana comienza, ninguno de la comunidad latina hace desorden. Son ellos, es un grupo de 25 o 30 personas, y no son mexicanos, 100% garantizado que no son mexicanos. El que está arriba del carro con una patineta y luego levanta la bandera, es anglosajón”.

Reducir la diversidad a una sola imagen

Aunque no hay duda de que las banderas de México y de otros países ondean en manos de muchos manifestantes pacíficos, los hechos violentos en las que aparecen en esas fotografías podrían haber sido intencionalmente buscados, fabricados e incluso exagerados.

Hombres rudos, banderas coloridas, fuego y fuerzas policiacas conforman una combinación atractiva para agencias interesadas en vender fotografías. Los enviados de Reuters, por ejemplo, hicieron algunas que ganaron notoriedad.

Como esta, de Barbara Davidson.

O esta, de Daniel Cole:

Más allá del interés comercial, algunos medios y fotorreporteros también han trabajado con una agenda abiertamente trumpista para sustentar la versión de que todos los manifestantes son migrantes ilegales y “revoltosos” (rioters) que invaden suelo estadounidense con banderas mexicanas.

Por ejemplo, la cadena televisiva favorita del presidente, Fox News, que subraya la presencia de emblemas mexicanos en los desmanes, como en el minuto 6:05 de este video:

​Y en particular, Aldo Buttazzoni, un fotógrafo que afirma que “Trump recibió un disparo por nosotros”, como si fuera Jesucristo sufriendo por la humanidad, que tiene nostalgia por la época en que California era -según esta versión- 89% blanca, y que lleva días publicando imágenes de manifestantes violentos.

Buttazzoni es el autor de varias de las fotos más compartidas por los trumpistas, lo que ha celebrado en Twitter. Como al retuitear una publicación en la que el Departamento de Seguridad de la Patria usa una de sus imágenes para amenazar:

“EL ORDEN SERÁ RESTAURADO”.

O como con esta de Elon Musk:

Una alta exposición significa ingresos económicos para él, porque las personas que lo felicitan por su trabajo, argumentando que Buttazzoni revela las mentiras y la amenaza que representan los protestantes, son potenciales donadores para su campaña de financiamiento colectivo.

De manera que los satisface confirmando sus temores. Por ejemplo, el de que detrás de todo esto se encuentra el comunismo.

Se ocupó de buscar todos los ángulos que pudieran dar la visión que él buscaba:

Según Buttazzoni, su campaña tuvo éxito porque “los organizadores de las protestas están repartiendo banderas estadounidenses a los manifestantes” porque “está claro que se dieron cuenta de que su imagen actual era un desastre” y hacen “un intento de cambiar la marca y remodelar la narrativa mediática existente sobre los disturbios”.

Satisfecho, como haciendo una proclamación de victoria, retuiteó la publicación de un marine y periodista de nombre hispano:

“Me gustaría felicitar a todos los que se burlaron de los alborotadores anti-ICE por ondear banderas mexicanas y latinoamericanas porque nunca he visto a tantos izquierdistas ondeando banderas estadounidenses”.

Desde su punto de vista, había logrado resumir todo un movimiento de resistencia, multicolor, diverso y complejo, en una sola de sus propias fotografías:

“A veces una imagen dice todo lo que hay que decir…”

Además de los elementos acostumbrados -tipo peligroso, fuego, vandalismo y bandera-, en esa foto hay otro que añade una ofensa directa al trumpismo: alguien grafiteó sobre el coche la palabra “Evola 3”, en referencia a Julius Evola (1898-1974), un ideólogo fascista cercano al duce Benito Mussolini que hoy ha vuelto a cobrar popularidad porque fue adoptado como referencia por el movimiento MAGA (Make America Great Again): la pintada sobre el automóvil, a los pies del "revoltoso", es o parece una forma de pisotear una figura muy apreciada por la extrema derecha contemporánea.

En su libro “Revuelta contra el mundo moderno”, Evola propone crear caos para restablecer el orden. Este es uno de varios conceptos retomados por Steve Bannon, uno de los principales referentes intelectuales del trumpismo, así como por otros dirigentes ultras de Estados Unidos y Europa.

MO