Las autoridades de Corea del Sur advirtieron que se avecina una nueva ola de contagios por coronavirus debido a un rebrote vinculado a una iglesia protestante donde 319 feligreses han sido infectados y puesto en cuarentena a los 3 mil 400 miembros de la comunidad.
El brote relacionado de la Iglesia de Sarang Jeil (Amor Máximo), en la zona norte de Seúl, es el más grande del país en casi seis meses y propició un endurecimiento de las reglas de distanciamiento social el domingo. Hasta este lunes se confirmaron 70 nuevos casos relacionados al templo.
Los contagios están vinculados a esta iglesia ubicada en el distrito de Seongbuk de la capital Seúl y a otra en la provincia vecina de Gyeonggi, donde suponen la mayoría de los nuevos casos que viene registrando Corea del Sur desde comienzos de la semana pasada. Durante el fin de semana, se endurecieron las restricciones y prohibieron las reuniones religiosas en la zona metropolitana, donde reside casi la mitad de la población surcoreana.
Las últimas cifras sitúan a la Iglesia de Sarang Jeil como el segundo mayor grupo de contagios en el país desde el comienzo de la pandemia, tras los 5 mil 214 casos asociados a la secta cristiana de raíces evangélicas conocida como Shincheonji en meses anteriores, en la que fue encerado su líder, Lee Man-hee.
En pleno repunte de contagios y en contra de las directrices de las autoridades surcoreanas, la Iglesia del Amor Máximo convocó el pasado sábado una nueva protesta multitudinaria en contra del actual presidente surcoreano, Moon Jae-in, en línea con las concentraciones que ha venido organizando en los últimos meses, donde uno de cada 6 feligreses acudió a las protestas.
El líder del Amor Máximo, el controvertido pastor Jun Kwang-hoon, había sido detenido el pasado febrero por violar supuestamente la ley electoral y posteriormente puesto en libertad bajo fianza, bajo la condición de no volver a participar en manifestaciones relacionadas con su caso pendiente de resolución judicial.
El presidente Moon calificó esta concentración como un "sinsentido" y "un acto imperdonable que amenaza las vidas de los ciudadanos", además de suponer "un claro desafío al sistema nacional de control y prevención" de la pandemia, a través de un mensaje que publicó en las redes sociales.
El Centro Coreano para el Control y la Prevención de Enfermedades (KCDC) informaron de 197 nuevos casos hasta la medianoche del sábado, la mayoría en el área metropolitana de Seúl, marcando el cuarto día por encima del centenar de casos.
Corea del Sur es uno de los países que con mayor éxito han gestionado la epidemia en el mundo, aunque ha tenido que combatir persistentes picos de infección, una de ellas originada en un karaoke en la capital. Los últimos contagios sitúan el total de casos en 15 mil 515, incluyendo 305 defunciones.
"Estamos viendo la situación actual como una etapa inicial de una transmisión a gran escala", dijo la directora de los KCDC, Jeong Eun-kyeong, en una reunión informativa. "Nos enfrentamos a una crisis en la que si la actual propagación no se controla, podría acarrear un incremento exponencial de los casos, que a su vez podría conducir al colapso de nuestro sistema médico y a enormes daños económicos".
dmr