Un hombre francés cumplió tres semanas en huelga de hambre en Tokio, en protesta por no poder ver a sus hijos. Vincent Fichot, de 39 años, acusó que sus dos hijos fueron secuestrados por su madre japonesa.
Desde el 10 de julio, este antiguo trabajador de las finanzas ha permanecido sentado día y noche frente a una estación de tren cercana al Estadio Olímpico, donde el viernes se celebró la ceremonia de apertura de los Juegos de Tokio.
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El presidente de Francia, Emmanuel Macron, que asistió a la ceremonia con París como sede de los próximos Juegos Olímpicos en 2024, mantuvo conversaciones el sábado con el primer ministro japonés, Yoshihide Suga, para tratar la situación de Fichot.
Durante su reunión, Macron indicó que el caso del francés es "extremadamente trágico" y, por ello, pidió abordar el tema con prioridad.
Fichot tiene 15 años viviendo en Japón y ha indicado que sólo busca reunirse con su familia. La custodia compartida de los hijos en caso de divorcio o separación no existe legalmente en Japón, donde los secuestros parentales son habituales y, a menudo, tolerados por las autoridades locales.
La mujer japonesa acusó a Fichot ante el tribunal de violencia doméstica, pero posteriormente se retractó. El abogado de la mujer no se ha posicionado con respecto al tema, pero denunció que la información es "tendenciosa" en los medios de comunicación.
"Aunque es bueno que Suga y Macron hayan discutido sobre mi caso, eso no ha cambiado en nada la situación en la que se encuentran mis hijos, así que seguiré", dijo el francés.
Después de que los líderes se reunieran, Macron tuiteó sobre la relación "excepcional" de los dos países, lo que provocó la ira de Fichot, cuya salud está empezando a deteriorarse.
Los asesores de Macron, pero no el propio presidente, se reunieron con Fichot durante su breve viaje a Japón.
ROA