Una empresa conjunta de China y Rusia completó la construcción del primer puente ferroviario que une ambos países. Con una extensión de 7.19 kilómetros y cuya construcción comenzó en el 2014, enlazará las ciudades de Tongjiang y de Nizhneleninskoye.
Las obras se han enfrentado a problemas como el distinto ancho de vía de ambos países -mil 435 milímetros en las vías chinas y mil 520 en las rusas- y las duras condiciones meteorológicas de este lugar en invierno.
Este puente acortará el trayecto entre Heilongjiang, la provincia más septentrional de China, y Moscú en 809 kilómetros con respecto a las conexiones ferroviarias actuales.
Los medios estatales señalaron que una mayor integración con el vecino ruso beneficiaría a una revitalización del noreste chino, cuyas tres regiones (Heilongjiang, Jilin y Liaoning) han presentado a menudo en los últimos años un crecimiento económico inferior a la media.
China y Rusia comparten una frontera de más de 4 mil kilómetros que permanece cerrada a la gran mayoría de viajeros -no a las mercancías- desde el año pasado a raíz de la pandemia del covid-19.
Dicha frontera separa dos territorios demográficamente muy dispares: el Extremo Oriente ruso, con 6.2 millones de habitantes según el censo de 2010, y el noreste de China, que alberga a más de 100 millones de personas.
DMZ