Miles de hongkoneses volvieron a las calles de la ciudad financiera para participar en una marcha que los organizadores finalmente tuvieron que cancelar a petición de la Policía, lo que derivó en nuevos enfrentamientos entre los agentes y los manifestantes más radicales.
La manifestación estaba convocada en demanda del sufragio universal en las elecciones legislativas de septiembre de este año pero no fue autorizada por la Policía por lo que se convirtió en una concentración no autorizada.
Los manifestantes pidieron una reforma electoral que permita elegir directamente al jefe del Ejecutivo local e instaron a la comunidad internacional a imponer sanciones al gobierno local si no atiende sus peticiones.
Los organizadores solicitaron inicialmente un permiso para una marcha, pero la Policía sólo accedió a una asamblea estática en un parque muy cerca del Consejo Legislativo, aduciendo que las manifestaciones anteriores se habían vuelto violentas.
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Miles de personas se congregaron bajo un cielo encapotado en el Parque Chatter antes de proseguir hacia la zona peatonal de Chater Road, en pleno centro financiero de la ciudad.
La mayoría de los participantes portaban camisetas negras, el color habitual de los manifestantes en Hong Kong, y algunos portaban banderas estadunidenses o británicas.
Tras una hora y media concentrados, los manifestantes comenzaron a marchar por Chatter Road, tras lo que la Policía demandó a los organizadores del grupo "Hong Kong Civil Assembly Team" que pusieran fin a la marcha argumentando que algunos participantes habían empezado a arrojar ladrillos y cócteles molotov a lo largo de la ruta.
Según informó la Policía local en su página de la red social Facebook, algunos de los participantes bloquearon las carreteras con paraguas y mobiliario urbano, desenterraron ladrillos de la acera y rompieron algunos semáforos.
Al menos cuatro personas fueron arrestadas en la zona por posesión de porras extendibles, martillos y llaves inglesas, indicó la Policía, que acabó disparando varias rondas de gases lacrimógenos para disolver la protesta.
Los manifestantes pidieron a los ciudadanos de la excolonia británica que mantengan viva la llama del movimiento de protesta durante 2020 y volvieron a recordar al gobierno, a través de pancartas y eslóganes, las demandas del movimiento prodemocrático.
Esas demandas incluyen la retirada del proyecto de ley de extradición (ya conseguida), una investigación independiente sobre lo que consideran "brutalidad" policial ante las protestas, la puesta en libertad de los más de 6.000 detenidos hasta la fecha, la no consideración de las protestas como "revuelta" y el sufragio universal para elegir al jefe del Ejecutivo local.
Las protestas llegaron de manera masiva a las calles hongkonesas el pasado 9 de junio a raíz del controvertido proyecto de ley de extradición, ya retirado por el gobierno, pero han mutado hasta convertirse en un movimiento que busca una mejora de los mecanismos democráticos de Hong Kong y una oposición al autoritarismo de Pekín.
Sin embargo, algunos manifestantes han optado por tácticas más radicales que la protesta pacífica y los enfrentamientos violentos con la Policía son habituales.
Los meses de protestas han colocado a la economía de Hong Kong en recesión por primera vez en una década, tras contraerse un 2.9 por ciento en el tercer trimestre, afectada por las caídas de las importaciones y las exportaciones, de las ventas al por menor y por las decrecientes cifras del turismo.
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