Nueva Zelanda se sumará a una lista de 30 países que ya declararon oficialmente una "emergencia climática" de forma simbólica, esto para realizar acciones para combatir el calentamiento global.
El parlamento de Nueva Zelanda aprobó la moción con 76 votos a favor 43 en contra. El gobierno también lanzó una nueva iniciativa que requiere a muchas agencias públicas reducir a cero sus emisiones netas de dióxido de carbono para 2025, en parte retirando las calderas de carbón y comprando autos eléctricos.
El gobierno suele declarar emergencias sólo para cuestiones como desastres naturales, indicó la primera ministra, Jacinda Arden, señalando que si no se aborda la crisis climática, esos desastres seguirán ocurriendo. La declaración, añadió, es un reconocimiento de la carga que afronta la siguiente generación de neozelandeses.
“Para ellos es instintivo, es tangible, es real”, dijo Ardern. “Se trata del país que heredarán. Y se trata de la carga de deuda que heredarán a menos que nos aseguremos de que mostramos liderazgo en este asunto”.
La declaración no iba acompañada de nuevos poderes ni de presupuesto, lo que la hacía puramente simbólica. Pero Ardern y otros parlamentarios prometieron respaldar la medida con acciones.
La moción afirma que la crisis climática es uno de los mayores desafíos que afronta la humanidad y promete un compromiso para reducir el calentamiento global. Añade que el sobrecalentamiento global tendrá un efecto devastador sobre Nueva Zelanda en forma de inundaciones, incendios forestales, subida del nivel del mar y disponibilidad de agua.
Ardern señaló que la crisis climática es una consideración importante a la hora de reconstruir la economía tras la crisis provocada por el coronavirus, y que es importante “reconstruirla de una forma sostenible, con énfasis en la neutralidad de emisiones netas”. El vocero de cambio climático de la oposición, Stuart Smith, calificó la declaración de vacía y sin sustancia.
“El espectáculo del gobierno hoy fue un triunfo de la política sobre las soluciones prácticas, y de los lemas sobre la consistencia”, dijo otro legislador opositor, David Seymour.
Ardern ya había anunciado planes para que el país plante mil millones de árboles, abandone de forma gradual las prospecciones petrolíferas y gasíferas y haga que la red eléctrica funcione por completo con fuentes de energía renovables para 2030.
El gobierno aprobó el año pasado una ley para que el país reduzca a cero sus emisiones netas de dióxido de carbono para 2050, aunque habilitó algunas excepciones para ganaderos y agricultores, que producen buena parte de los ingresos del país en el extranjero.
dmr