El nuevo secretario de Economía del Vaticano, el cardenal George Pell, abogó ayer por el cumplimiento de “las mejores prácticas internacionales” en el ámbito financiero, en relación con el Instituto para las Obras de Religión (IOR), conocido como el banco del Vaticano.
Pell destacó la importancia de que “el marco regulatorio y legal del Estado de la Ciudad del Vaticano se alinee con las mejores prácticas regulatorias internacionales” en un comunicado en el que anunció las directrices futuras del IOR.
La misión del banco del Vaticano será la de servir “con prudencia y proporcionar servicios financieros especializados a la Iglesia católica en todo el mundo”, según el comunicado.
El Vaticano informó que el papa Francisco aprobó las recomendaciones sobre el futuro del IOR.
La adaptación a las normas internacionales por parte del organismo financiero tendrá que hacerse de manera “sistemáticamente sostenible”, precisaron.
“Los valiosos servicios que puede ofrecer el instituto ayudan al Papa en su misión como pastor universal y también a las instituciones y personas que colaboran con él en su ministerio”, señala el boletín.
También anunciaron que el presidente del Consejo de Superintendencia, Ernst von Freyberg, y los gestores del Banco del Vaticano “finalizarán su plan para garantizar que el IOR pueda cumplir con su misión como parte de las nuevas estructuras financieras”.
Este plan, se añadieron, será presentado al Consejo de Cardenales y al Consejo de Economía.
La propuesta aprobada por Francisco fue elaborada por la Comisión Referente Pontificia sobre el IOR (Crior), la Comisión Referente Pontificia sobre la Organización de la Estructura Económica y Administrativa de la Santa Sede (Cosea), la Comisión Cardenalicia del IOR y el Consejo de Superintendencia del IOR.
El anuncio de ayer sigue al del nombramiento, hecho el sábado por parte del cardenal Pell, del profesor Franco Dalla Sega como consultor especial para la reorganización de las finanzas vaticanas.
Dalla Sega, miembro de la Universidad Católica del Sagrado Corazón, tendrá el cargo de “consultor especial ad interim” dentro de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica.
La Secretaría que dirige Pell fue creada tras las recomendaciones de la Cosea para dar credibilidad y transparencia a las cuentas y a las posesiones del Vaticano y buscar mejores inversiones entre los pobres y marginados.