El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, se declaró hoy inocente en una corte de Jerusalén en la reanudación de un juicio en su contra por acusaciones de corrupción, a seis semanas de que los votantes vuelvan a las urnas para juzgar su liderazgo, el cual pretende ampliar sus 12 años de mandato.
El líder de Israel fue procesado el año pasado por fraude, abuso de confianza y aceptar sobornos en tres casos separados, un hecho que ha generado protestas semanales pidiendo su renuncia por las acusaciones y criticando la gestión de su gobierno a la crisis del coronavirus.
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"Confirmo la respuesta escrita presentada en mi nombre", dijo Netanyahu, de pie ante el panel de tres jueces en el fuertemente custodiado Tribunal de Distrito de Jerusalén, en referencia a un documento que sus abogados entregaron el mes pasado en el que argumentaban que el líder, de 71 años, no era culpable de los cargos de soborno, abuso de confianza y fraude.
Fue en 2019 cuando Netanyahu fue acusado en casos relacionados con regalos de amigos millonarios y por la presunta búsqueda de favores regulatorios para magnates de los medios de comunicación a cambio de una cobertura favorable.
Al entrar en la sala, Netanyahu se sentó en un rincón con sus abogados, de espaldas a las cámaras. La sesión no fue transmitida, pero los reporteros pudieron seguirla a través de un circuito cerrado en otra parte del edificio.
Su rápida salida del edificio del tribunal parecía tener como objetivo mostrar al público que no permitiría que el juicio interfiriera con los asuntos del gobierno, ya que Israel comienza a salir de un confinamiento de un mes como consecuencia de la pandemia de coronavirus.
El jefe de gobierno que más tiempo ha servido en Israel es también el primero juzgado por corrupción durante su mandato. La ley de ese país exige que los ministros renuncien cuando están acusados de delitos penales, pero no menciona de forma explícita el caso de un primer ministro acusado.
OMZI