Las dos cámaras del Congreso de Bolivia aprobaron por unanimidad la convocatoria a nuevas elecciones, en las que no figurará el ex mandatario Evo Morales.
El proyecto de ley sobre “Régimen excepcional y transitorio para realización de elecciones generales” será promulgado en las próximas horas por la presidenta interina Jeanine Áñez.
Además de presidente y vicepresidente, se elegirán senadores y diputados, cuyos mandatos vencen en enero.
La jornada legislativa se desarrolló cuando las protestas de los seguidores de Morales en La Paz y otras ciudades cedían gradualmente después de concretarse el acuerdo político para llamar a nuevas elecciones y lograr pacificar al país.
Áñez recibió en Palacio de gobierno a los movimientos sociales afines a Morales para avanzar en un diálogo.
La plaza Murillo, donde se congrega el poder político del país, aún continuaba custodiada por los militares y policías, mientras que en la ciudad de El Alto, una marcha de vecinos salió con banderas blancas para pedir por la paz en el país.
Las protestas comenzaron con los opositores en las calles denunciando fraude en las elecciones en que Morales buscaba un cuarto mandato y que dijo haber ganado inicialmente. Tras la renuncia de Morales y su exilio en México, fueron sus simpatizantes los que se manifestaron con bloqueos de calles, con saldos fatales en algunos casos.
Desde el anuncio del acuerdo, los puntos de bloqueos fueron abandonados. En la ciudad de La Paz, se empezó a abastecer alimento, los camiones que estaban parados llegaron a los principales mercados. El cerco en la planta de combustible en la ciudad de El Alto fue despejado y se reanudó el suministro de gasolina, diésel y gas.
El consenso entre las tres principales fuerzas políticas que se plasmó con un proyecto de ley para llamar a elecciones, aún sin determinar una fecha. La oposición había informado que Morales y el ex vicepresidente, Álvaro García Linera, no participarían en los nuevos comicios.
La ley establece el saneamiento del padrón electoral, además de la sustitución de todas las autoridades del Tribunal Supremo Electoral y la habilitación de nuevos candidatos y alianzas.
“Tenemos que generar confianza en la población”, dijo Omar Aguilar, senador por el partido del ex presidente.
Poco después, Áñez aseguró que no promulgará un proyecto de ley presentado en el Senado por la bancada del Movimiento Al Socialismo (MAS), en el que se busca que los dirigentes, ex ministros, ex autoridades y el mismo ex gobernante “no sean juzgados, procesados, ni perseguidos; por ningún tribunal, ni autoridad de la jurisdicción ordinaria por delitos cometidos en el ejercicio de sus funciones”.
“Hubiéramos querido que este proyecto se nos haya consultado”, dijo el senador Óscar Ortiz.
También el ministro de Gobierno, Arturo Murillo, presentó una denuncia por sedición y terrorismo contra Morales tras difundir un video en el que supuestamente se escucha la voz del ex mandatario dirigiendo los bloqueos a las ciudades.
Más temprano, los mediadores de las Naciones Unidas y la Unión Europea celebraron el acuerdo y agradecieron la disposición de todos los sectores. En el acuerdo, impulsado por la Iglesia católica, se establece que habrá un monitoreo internacional en las nuevas elecciones, según explicó el enviado de la ONU, Jean Arnault.
Después que en las elecciones se encontraran irregularidades en el conteo de votos según una auditoría de una misión de expertos de la Organización de Estados Americanos (OEA) Morales, acorralado por protestas, renunció el 10 de noviembre y posteriormente se fue México, donde ha recibido asilo.
En la jornada, los hijos de Evo Morales, Evaliz y Álvaro, dejaron el país y viajaron hacia Argentina, según informó el ministro de gobierno, Arturo Murillo, en su cuenta de Twitter.
ledz