De acuerdo con fuentes de Downing Street, este viernes Boris Johnson y su esposa Carrie ya no tienen intención de celebrar una gran fiesta de boda a finales de mes en la residencia campestre de los primeros ministros británicos.
El anuncio de Johnson había previsto celebrar una fiesta en Chequers, una hermosa mansión del siglo XVI con piscina cubierta situada al noroeste de Londres había sido objeto de muchas críticas después de que, el jueves, el mandatario anunciara su salida del poder, después de que unos 60 miembros de su gobierno le retiraran su apoyo y dimitieran.
Sin embargo, Johnson afirmó que se quedará en Downing Street hasta que llegue su sucesor, un proceso que duraría varias semanas.
Algunos lo acusaron de querer hacer eso únicamente para salvar su fiesta de boda, cuyas invitaciones ya habían sido enviadas.
Este viernes el tabloide de izquierda Daily Mirror lanzo un titular, "Se aferra a una última fiesta", mismo que aparece junto a una foto de la pareja durante su boda en mayo de 2021.
De acuerdo con lo citado por Downing Street, los Johnson estarían buscando un nuevo lugar.
Boris Johnson, de 58 años, y Carrie Johnson, de 34, se casaron el año pasado en la catedral católica de Westminster con muy pocos invitados. En ese momento, las restricciones anticovid limitaban las reuniones a 30 personas.
"A todos nos gustaría tener un matrimonio grandioso a expensas del contribuyente en Chequers, pero no podrá hacerlo porque los británicos lo encontrarán odioso", comentó el jueves en la radio LBC el alcalde de Londres, Sadiq Khan (laborista).
La pareja tiene dos hijos, Wilfred, de 2 años, y Romy, de 7 meses; Boris Johnson, para quien este fue su tercer matrimonio, tiene al menos otros cinco hijos.
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