A Boris Johnson lo confundieron una vez con Donald Trump. Ocurrió hace más de tres años, en Central Park. El propio Boris, "genuinamente preocupado" en aquel momento por el hecho de que Trump pudiera llegar a presidente, relató así la experiencia surrealista en la televisión:
"Estaba en Nueva York, y unos fotógrafos intentaban hacerme una foto. Una niña vino caminando hacia mí y dijo: 'Vaya, ¿es ése Trump?'. Fue uno de los peores momentos de mi vida".
El tiempo lo borra todo, incluidos los gazapos de Johnson. Más allá de sus ambiciones rubias, más allá de las ganas de llamar la atención y de la relación conflictiva con la verdad, The Donald y BoJo comparten todo tipo de atributos.
1. Nueva York
Los dos nacieron en Nueva York, con 18 años de diferencia, y en familia numerosa. Donald John Trump vio la luz en Queens, el cuarto de cinco hijos, descendiente de migrantes alemanes y escoceses.
Alexander Boris de Pfeffel Johnson nació en Manhattan, el mayor de los seis descendientes de Stanley, con sangre turca, lituana y judía en las venas. Boris fue americano hasta 2016, cuando renunció a la doble nacionalidad.
2. Géminis
Como buenos gemelos políticos comparten el signo del Zodiaco (Trump nació el 14 de junio de 1946 y Boris el 19 de junio de 1964). Versátiles, mutables y adaptables. Con capacidad para la comunicación, divertidos y joviales, aunque con un lado oscuro.
Según las descripciones de los signos, son charlatanes, mentirosos y superficiales.
3. Líos de familia
Tres veces se casó Trump (Ivana, Marla y Melania), con cinco vástagos en sus tres matrimonios y una fama de Playboy que le sigue persiguiendo a los 73.
Con su estela de incorregible mujeriego, Boris lleva ya dos matrimonios rotos a los 55 (Allegra y Marina), cuatro hijos legítimos y una posible quinta hija, fruto de su relación con la marchante de arte Helen Macintyre.
Sus amigos cercanos aseguran que planea casarse con Carrie Symonds, de 31 años, protagonista de la famosa riña, con quien podría trasladarse a Downing Street.
4. Mentiras
En sus primeros 869 días como presidente, Donald Trump incurrió en 10 mil 796 declaraciones falsas o sesgadas, según comprobó The Washington Post, un medio desacreditado por el inquilino de la Casa Blanca como parte de la tribu de las 'fake news'.
Boris Johnson fue por su parte "el máximo exponente de las fake news" (según el diplomático Chris Patten) cuando ejerció entre 1989 y 1994 como corresponsal de The Daily News en Bruselas. Por sus "mentiras" sobre el Brexit, sobre todo aquella de los 350 millones de libras a la semana para la salud pública en el autobús de campaña, fue llevado a los tribunales, aunque el caso se desestimó.
5. Libros
Trump apenas lee, pero en 1987 escribió un libro (o se lo dictó a Tony Schwartz) titulado El arte de negociar, que acabó siendo un 'bestseller' y fue traducido al español.
Boris Johnson es un lector voraz y autor de una larga decena libros, de El sueño de Roma (su incursión en el mundo clásico) a 72 vírgenes (novela satírica-política con cierta carga erótica), hasta llegar a 'El factor Churchill', su celebrado panegírico del primer ministro.
Johnson trabajaba en su anunciadísima biografía de Shakespeare cuando sobrevino el Brexit. Trump y Boris comparten la teatralidad, convencidos de que la comedia (y la tragedia) son parte indisoluble de la política.
6. Churchill
Uno de los primeros gestos de Trump al llegar a la Casa Blanca fue volver a poner un busto de Churchill en el Despacho Oval como signo de la "relación especial" (el anterior, regalo de Blair a Bush, lo había cambiado Obama por un busto de Luther King). Johnson criticó en su día a Obama por su "ancestral desdén hacia el Imperio británico" y celebró el gesto de Trump. Las cosas en su sitio.
7. Islamofobia
Trump se refirió en su campaña al "problema musulmán" y se estrenó con el veto migratorio a varios países de mayoría musulmana. Se enzarzó en un tira y afloja con el sucesor de Boris como alcalde de Londres, Sadiq Khan, y advirtió: "El Reino Unido está intentando disimular su problema musulmán".
Johnson dijo que las mujeres con burka parecen "buzones" o "ladrones de bancos". En un texto del 2006, revelado por The Guardian, el aspirante a primer ministro escribió que el Islam ha mantenido al mundo musulmán "con un retraso de siglos con respecto a Occidente".
8. Brexit
"Imaginad a Trump negociando el Brexit". Boris Johnson era aún titular del Foreign Office cuando formuló lo que aquí llaman un 'wishful thinking'. Ahí cuajó el romance entre los dos políticos, cuando el eterno aspirante al liderazgo 'tory' confesó a un grupo de correligionarios del ala dura:
"Cada vez admiro más a Trump: estoy convencido de que detrás de su locura hay un método".
Para no dar argumentos a sus detractores, Johnson evitó verse cara a cara con Trump durante su reciente visita a Reino Unido.
9. Bannon
El ex estratega y jefe de Comunicación de Trump tiene una obsesión personal: llenar Europa de 'miniTrumps'. El documental The Brink, de Alison Klayman, revela además la particular devoción de Steve Bannon por el Reino Unido, y su peculiar relación con Boris Johnson.
El propio Bannon ha reconocido que Boris ha contactado con él varias veces y que le ayudó personal a escribir su discurso de dimisión como secretario de Exteriores, pero Johnson lo niega y asegura que se trata de una conspiración.
10. Melena
La cabellera de Trump sigue siendo un enigma, aunque el experto Alan Bauman sostiene que el presidente norteamericano se hizo probablemente un transplante para aguantar su tupé, que se trata los cabellos con Fórmula 82M Minoxidil dos veces al día (de ahí su propensión a llevar gorras de béisbol) y que utiliza laca como fijador.
La melena leonina y rubia de Boris Johnson ha sido sin embargo siempre suya (orgullosa herencia de sus ancestros otomanos). Su amante Carrie Symonds, en el papel de Dalila, le aconsejó sin embargo que para llegar a primer ministro había que "domar" la cabellera.
jos