El primer ministro británico, Boris Johnson, anunció hoy un endurecimiento de las restricciones para frenar la propagación de la variante ómicron del coronavirus en Inglaterra, incluyendo la vuelta al trabajo en casa a partir del lunes y la introducción del pasaportes sanitarios en determinados lugares.
Criticado porque su personal estuvo de fiesta en Downing Street durante el confinamiento navideño del año pasado, Johnson dijo que ómicron se estaba extendiendo rápidamente y que no tenía más remedio que pasar al "Plan B" para ganar tiempo y conseguir más vacunas de refuerzo.
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"Cada vez está más claro que el ómicron se propaga mucho más rápido que la variante Delta", con 568 casos identificados hasta ahora en el Reino Unido, y una cifra real "seguramente mucho mayor", dijo Johnson en una rueda de prensa.
Si bien las medidas todavía están muy lejos de los aislamientos totales que golpearon la economía en los primeros momentos de la pandemia, podrían reducir las visitas a los restaurantes, cafés y tiendas del centro de las ciudades antes de la Navidad y suponer un golpe para las finanzas británicas.
"Aunque el panorama puede mejorar, y espero sinceramente que así sea, sabemos que la lógica implacable del crecimiento exponencial podría llevar a un gran aumento de las hospitalizaciones y, por tanto, tristemente, de las muertes", dijo Johnson en una conferencia de prensa.
Johnson, que levantó la mayoría de las restricciones de covid-19 en Inglaterra en julio, se había comprometido a pasar el invierno sin recurrir a un cuarto confinamiento por el coronavirus, pero había mantenido en reserva el "plan B".
Parte de las medidas, como la reintroducción de los cubrebocas en el transporte público y en las tiendas, ya se habían puesto en marcha, pero hoy Johnson dijo que la gente también debería trabajar desde casa si es que puede.
OMZI