Al menos 40 civiles fallecieron el pasado fin de semana a manos de rebeldes ligados a Al Qaeda que trataban de tomar el control de una asediada localidad en el norte de Burkina Faso, dijo la oficina de Derechos Humano de Naciones Unidas, que calificó el ataque de crimen de guerra.
En uno de los peores enfrentamientos de los últimos años en la nación de África Occidental, que está amenazada por combatientes vinculados a Al Qaeda y al grupo extremista Estado Islámico, un gran número de insurgentes trataron de tomar Djibo, cerca de la frontera con Mali.
Lo localidad, a 210 kilómetros de la capital, Uagadugú, está sitiada por los rebeldes desde hace más de un año y suele registrar problemas con los servicios básicos.
En el último incidente, ocurrido el domingo, los milicianos hirieron además a 42 personas y prendieron fuego a tres campamentos para desplazados internos, explicó el vocero de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, Seif Magango, el martes en un comunicado en el que atribuyó el ataque a JNIM, una coalición de grupos armados alineados con Al Qaeda.
“Atacar de forma deliberada a civiles o a personas que no participan de forma directa en hostilidades constituye un crimen de guerra", añadió el departamento, citando reportes de sus trabajadores sobre el terreno.
The Associated Press no pudo contactar con testigos o sobrevivientes en la zona, que sufre frecuentes cortes de internet y donde el gobierno militar suele reprimir a la sociedad civil.
SNGZ