En las calles de varias ciudades de Europa se hace evidente el intento de los habitantes por combatir el calor con abanicos, sombrillas o bajo techos casas y locales comerciales, mientras otros van decididamente a piletas, ríos o se arrojan botellas con agua en el rostro ante las altas temperaturas que en algunos sectores alcanzan los 47 grados Celsius, algo que expertos atribuyen directamente al cambio climático.
La ola de calor que azota el sur de Europa y que ha provocado cientos de muertes y enormes incendios en las últimas semanas mostró algunos indicios de relajarse, pero siguió avanzando hacia el norte del continente, incluido Reino Unido, registrando la temperatura más alta de su historia, de más de 40 grados.
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La situación aumentan en los sectores campestres, así como en los aeropuertos, donde incluso se han reportado daños en las pistas por la temperatura, junto con las vías de los trenes.
El alto nivel en las temperaturas han golpeado el sur de Europa desde la semana pasada y provocado incendios forestales en España, Portugal y Francia.
Las autoridades han reportado casi 600 muertes relacionadas con las intensas temperaturas en España y Portugal, donde se alcanzaron los 47 grados la semana pasada.
En París, Francia, marcaban hoy unos sofocantes 41 grados en lo que se espera sea el pico de la actual ola de calor que mantiene a la capital gala, y a la mayor parte del país, en alerta naranja, con ciudades como Lille, Metz, Estrasburgo y Lyon especialmente afectadas.
También en este caso lo peor de las temperaturas disparadas es su contribución a los incendios, sobre todo a los que azotan el sur del país en Landiras y La Teste de Buch, departamento de Gironde, que han calcinado más de 19 mil hectáreas y forzado a la evacuación de más de 37 mil personas.
Además, se ha declarado un nuevo fuego al norte de Burdeos, en Vensac, que ya ha arrasado 70 hectáreas y obligado a evacuar a otro medio millar de personas, y hay otros siniestros en Bretaña y en el sur de Aviñón.
En Bélgica las temperaturas también han subido hasta rozar los 40 grados especialmente en zonas fronterizas con Francia, donde varias ciudades y regiones también alcanzaban la alerta roja, si bien Bruselas y la mayor parte del país permanecían en alerta naranja.
Más alto han llegado hoy las temperaturas en Italia, con máximas de hasta 42 grados en el centro y norte del país y el pronóstico de que subirán más a lo largo de la semana hasta poner en alerta roja hasta a catorce ciudades incluyendo Bolonia, Florencia, Milán, Génova, Turín y Roma, que hoy registraba 38 grados.
En cuanto a los incendios, la asociación de agricultores Coldiretti habla de tres diarios desde principios de mes y las regiones más afectadas hasta el momento son Sicilia, Apulia y el sur de Calabria, pero también la propia Roma en cuyas inmediaciones se han declarado varias decenas de fuegos en las últimas semanas: desde enero, han ardido casi 23 mil hectáreas en más de 200 siniestros diferentes.
El calor ha llegado también hasta Alemania, con temperaturas de hasta 40 grados en el oeste y el sur e incluso en algunos puntos del este, como la propia capital, Berlín, donde lo peor se espera mañana miércoles.
Hasta ahora, la máxima registrada en territorio germano son los 41.2 grados alcanzados en julio de 2019 en el núcleo urbano de Duisburg, en Renania-Westfalia.
Especialistas apuntan al cambio climático
Expertos en climatología dijeron que era probable que las elevadas temperaturas de Londres, antes impensables se volvieran más habituales en los próximos años.
Sony Kapoor, profesor de clima y macroeconomía del Instituto Universitario Europeo, dijo que hacía tiempo que pensaba que la gente subestimaba los impactos físicos del cambio climático en la época contemporánea. "Pero ni siquiera yo pensé que veríamos 40 grados centígrados en Londres en 2022", dijo.
Las advertencias de la Organización Meteorológica Mundial informadas hoy desde Ginebra, Suiza, aseguran que este tipo de olas de calor serán cada vez más frecuentes e intensas, por lo menos hasta 2060, con independencia de que el cambio climático pueda ser mitigado en todo el mundo.