El ministro de Asuntos Exteriores de Japón, Yoshimasa Hayashi, anunció el viernes que viajará a China este fin de semana para reunirse con su homólogo Qin Gang, convirtiéndose en el primer diplomático japonés en visitar el territorio chino en más de tres años. La visita se produce en medio de crecientes fricciones entre ambas naciones, incluido un reciente altercado por la detención de un japonés en Beijing.
Hayashi espera “tener un sincero y profundo intercambio de opiniones para establecer una relación constructiva y estable” en sus reuniones previstas con Qin y otros funcionarios durante su visita del 1 y 2 de abril a China, informó en una conferencia de prensa.
Se espera que exija la liberación del japonés detenido, discuta inquietudes en materia de seguridad en la región y pida a China actuar “responsablemente” en cuestiones globales, como la guerra de Rusia en Ucrania.
Hayashi mencionó un acuerdo entre los mandatarios de ambos países para construir relaciones constructivas y estables, pero dijo que “las relaciones entre Japón y China enfrentan muchos problemas y preocupaciones, aunque existen varias posibilidades” de que haya cooperación de ambas partes.
Pese a unos cercanos vínculos económicos y empresariales entre las dos potencias asiáticas, Tokio y Beijing han estado cada vez más en desacuerdo en los últimos años debido a que Japón considera que la creciente influencia de China en la región es una amenaza a su seguridad nacional y a su economía.
“Creo que es importante construir una relación constructiva y estable al tiempo que hacemos hincapié en nuestra postura respecto a algunos temas, buscamos que (China) se haga responsable de sus acciones y continuamos con nuestro diálogo”, añadió Hayashi. La visita de su predecesor Toshimitsu Motegi en diciembre de 2019 fue el último viaje de este tipo realizado por un diplomático japonés de alto rango.
El desacuerdo más reciente entre ambas partes ses por la detención de China de un empleado de la farmacéutica japonesa Astellas Pharma realizada hace unas semanas bajo sospecha de espionaje. El gobierno de Japón ha exigido su liberación y una explicación a lo ocurrido.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de China dijo que sospechaba que el japonés “había realizado actividades de espionaje en violación del derecho penal... y de la Ley Antiespionaje de la República de China”. Beijing también señaló otros casos similares por parte de los japoneses, pidiendo al gobierno de Japón que eduque mejor a su gente sobre ese tipo de leyes.
Más de una decena de japoneses con negocios u otros vínculos con China han sido arrestados en el pasado por acusaciones como espionaje.
Tokio considera a China una amenaza a su seguridad nacional y regional y ha estado expandiendo su cooperación en materia de seguridad con otros países “afines” de la región y de Europa, así como con la OTAN, mientras promueve una visión de un “Indo-Pacífico libre y abierto” como un contraataque a China.
Hayashi dijo el viernes que viajará a Bruselas luego de su visita a China para asistir a la reunión de ministros de exteriores de la OTAN con el objetivo de reafirmar el compromiso de Japón al orden internacional basado en reglas y reforzar la cooperación entre Japón y la OTAN en torno a su respuesta a la invasión rusa de Ucrania y otros asuntos importantes.
Japón también está preocupado por los ejercicios militares conjuntos cada vez más frecuentes entre China y Rusia alrededor de las costas japonesas.
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