El sueño americano también atrapa a los niños migrantes. De origen hondureño, Jonathan, al igual que más de tres mil niños acompañantes de migrantes, tiene como objetivo llegar a Estados Unidos "para estudiar y ser alguien en la vida".
El niño, de 12 años, acompaña a su padre en la nueva caravana migrante que ha llegado a México en los últimos días y por ahora permanece en el albergue libre en la zona fronteriza entre México y Guatemala.
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A su edad dice comprender lo que sufre su familia en Honduras y lo peligro que es este viaje para llegar a Estados Unidos, la tierra prometida.
"Vamos hacia los Estados Unidos, es un viaje peligroso y largo, dicen que es muy peligroso, pero vamos hacer el esfuerzo de llegar y si no quedaremos en México", contó.
Jonathan es el segundo hijo de la familia Palma Navarro y para buscar su sueño dejó atrás todo: amigos, colegio y familia. Ahora camina junto a su padre en esta travesía hasta la frontera donde espera reunirse con sus familiares para intentar cruzar hacia ese país, ilusión que es la que lo mueve. "Allá podemos tener mejores estudios y ser alguien en la vida", expresa.
Su edad no le impide tener claro qué es lo que quiere ser "de grande" pero por el momento Jonathan muestra interés por jugar, pintar, escuchar música, dibujar rostros y coches, dice el chico mientras dibuja y pasa el tiempo bajo la sombra de un árbol.
"Hay que buscar alternativas, como recoger basura"
Su padre, Eduardo, de oficio ayudante de albañilería, contó que para él es prácticamente "imposible" llevar a cabo una mejora o reparación en su hogar por la falta de recursos y por eso tomó la decisión de unirse a la caravana.
"Desde hace ocho años no tengo un trabajo digno para poder comer y darle estudios a mis hijos, yo quiero lo mejor para ellos pero no se puede y es por eso hay que buscar alternativas, como recoger basura, y por eso no nos quedó de otra que intentar llegar a Estados Unidos", explicó.
Padre e hijo permanecen desde hace 10 días en el albergue de Tecún Umán, Guatemala, lograron su visa humanitaria en México y ahora esperan a que se conforme un grupo de visitantes para partir hacia la frontera norte de México.
Pero en esta zona, mientras unos esperan, otras familias arriban como los Mendoza, quienes llegaron justo cuando el programa de ayuda humanitaria cerró temporalmente sus puertas.
"Venimos con nuestros cuatro hijos y hoy fuimos a la frontera, con la gente del Instituto Nacional de Migración (INM) y nos dijeron que hasta el jueves iba a intentar resolver el problema, esperemos que haya oportunidad para darnos el pase", contó el jefe de la familia.
Hasta el momento el INM ha otorgado más de seis mil tarjetas de visita humanitaria a centroamericanos de los 12 mil que le han solicitado, la cual les otorga la permanencia durante un año en el territorio mexicano.
Ante el número de migrantes que se han apostado en el parque central de Tapachula, organizaciones empresariales de Chiapas manifestaron a los gobiernos estatal y municipal su preocupación por las posibles consecuencias que genere el ingreso de las caravanas de migrantes centroamericanos.