¡Un mensaje a favor de la vida! Celebran boda en medio de la guerra en Gaza

La pareja no imaginaba casarse en semejante marco, pero todo cambió cuando estalló la guerra el 7 de octubre.

Celebran boda pese a guerra en Gaza. (Foto: AFP)
AFP
Gaza /

Pese al conflicto que se suscita en Gaza, una pareja decidió casarse en una escuela de Rafah, en el sur de la Franja.

Con las manos entrelazadas y arropados por niños, parientes y gritos de júbilo, Afnan Yibril de 17 años y su esposo Mustafa Shamlaj de 26, delebraron la unión.

"Somos un pueblo que ama la vida, a pesar de la muerte, de los asesinatos y de la destrucción", afirma Mohamed Yibril, el padre de la novia.

Tal como da fe una pizarra verde con restos de tiza, la ceremonia se celebró en una escuela de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos, la Unrwa.

La pareja no imaginaba casarse en semejante marco, pero todo cambió cuando estalló la guerra el 7 de octubre, tras el ataque sorpresa lanzado aquel día por el movimiento islamista palestino Hamás en el sur de Israel.


Desplazados, como todo el mundo


Cuando los primeros bombardeos alcanzaron la ciudad de Gaza, en el norte de la Franja, y antes de que las tropas israelíes lanzaran su invasión terrestre del 27 de octubre para combatir a Hamás y liberar a los rehenes, "recibimos la orden de evacuar nuestras casas", explica Ayman Shamlaj, un tío del novio.

Como todo el mundo, recuerda, en un territorio en el que 1,9 millones de gazatíes, sobre una población total de 2,4 millones, tuvo que abandonar su hogar, de acuerdo con datos de la ONU.

Ayman Shamlaj decidió entonces instalarse en la zona de Rafah, fronteriza con Egipto, para huir de los combates entre el ejército israelí y Hamás.

"Nos instalamos en escuelas y en tiendas de campaña. La casa en la que debía vivir el novio fue destruida, y como la guerra continuaba, pensamos que era mejor que se casaran", añade Ayman Shamlaj.
"Los preparativos habituales de la boda no son posibles, y la ceremonia tradicional no puede celebrarse", apunta por su lado Mohamed Yibril, el padre de la novia.

Su hija pudo así procurarse ropa, maquillaje y barra de labios. Y su rostro espléndido contrasta con la dureza de un cotidiano marcado por el hambre y las letrinas a compartir entre cientos de personas.

«Aquí estamos todos viviendo la misma tragedia», dice Ayman Shamlaj. «Pero tenemos que seguir viviendo».


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