En una cumbre regional que reúne a varios países que mantienen relaciones tensas con Estados Unidos, los presidentes chino, Xi Jinping y ruso, Vladimir Putin, se posicionaron como contrapeso a la influencia occidental.
Los dos líderes participan en la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), un grupo que pretende rivalizar con las instituciones occidentales, en la ciudad uzbeka de Samarcanda.
La cita tiene lugar en un momento en que Moscú y Pekín mantienen unas relaciones extremadamente tensas con Estados Unidos, debido a la invasión rusa de Ucrania y al apoyo estadunidense a Taiwán.
El mandatario chino instó a los dirigentes de los países presentes a "trabajar juntos para promover un orden internacional que vaya en una dirección más justa y racional".
"Debemos promover los valores comunes de la humanidad, abandonar los juegos de suma cero y la política de creación de bloques", dijo. No nombró a ningún país, pero Pekín suele utilizar este lenguaje para denunciar a Estados Unidos y a sus aliados cercanos.
Por su parte, el presidente ruso saludó la influencia creciente de los "nuevos centros de poder" que, según él, "se está volviendo cada vez más evidente".
Putin afirmó que la cooperación entre los países miembros de la OCS, a diferencia de Occidente, se basa en principios "exentos de egoísmo".
La OCS, conformada por China, Rusia, India, Pakistán, Kazajistán, Uzbekistán, Kirguistán y Tayikistán, se fundó en 2001 como una organización política, económica y de seguridad de cooperación para rivalizar con las instituciones occidentales.
Putin en busca de aliados
Las declaraciones de Xi y Putin ilustran las turbulencias que sacuden las relaciones internacionales desde hace varios meses, especialmente desde que Rusia invadió Ucrania a finales de febrero.
Desde entonces, los países occidentales han impuesto una serie de sanciones económicas contra Rusia, que se vuelca cada vez más en Asia en busca de apoyo económico y diplomático.
Desde el jueves, Putin ha mantenido una serie de reuniones bilaterales al margen de la cumbre.
En una reunión con Xi, Putin agradeció a su homólogo chino su "posición equilibrada" sobre el conflicto en Ucrania y le prometió "explicaciones" sobre sus "preocupaciones".
El presidente ruso tiene previsto reunirse el viernes con el primer ministro indio, Narendra Modi, cuyo país compra cada vez más hidrocarburos a Moscú a pesar de las sanciones occidentales.
Se reunirá también con el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, con quien quiere abordar el acuerdo que permitió el desbloqueo de las exportaciones de grano de Ucrania, paralizadas por la guerra.
Tiene también previsto un encuentro con el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, tras los enfrentamientos entre ese país y Armenia, que dejaron más de 200 muertos y hacen temer una nueva guerra en el Cáucaso, tradicional zona de influencia de Moscú.
Nuevas Rutas de la Seda
Xi, que realiza su primer viaje al extranjero desde el inicio de la pandemia del coronavirus, espera reforzar su imagen antes del congreso del Partido Comunista Chino en octubre, en el que aspira a un nuevo mandato.
El hecho de que haya elegido Asia como primer destino tras más de dos años sin desplazarse al exterior muestra la importancia que Pekín concede a esta región, atravesada por las "Nuevas Rutas de la Seda", un proyecto titánico liderado por Xi para reforzar los vínculos comerciales con el mundo.
Sin embargo, varios países de Asia Central han experimentado disturbios este año, como Kazajistán, así como Kirguistán y Tayikistán, cuyos líderes están presentes en Samarcanda.
Antes de la cumbre, Xi visitó el miércoles Kazajistán, y le prometió ayudarle a "salvaguardar su soberanía". Este país, tradicional aliado de Moscú, está preocupado por las ambiciones rusas tras la invasión de Ucrania.
Xi también se reunió el viernes con Erdogan y el presidente iraní, Ebrahim Raissi, en un momento en el que las negociaciones sobre el programa nuclear iraní están estancadas.
No se anunció ninguna reunión entre Xi y Modi, cuyos dos países, ambas potencias nucleares, atraviesan un periodo de tensión desde los mortales enfrentamientos fronterizos de 2020.
LG