No solamente te brindan el hospedaje, se vuelven tus amigos y hasta parte de su familia. Casi parecen mexicanos. Estamos hablando de los residentes de la ciudad de Glasgow, sede de la Cumbre Climática Global COP26, donde han creado una red de familias anfitrionas (COP26 Homestay Network) ante los precios tan altos de los alojamientos (hasta 150 mil pesos por una semana), generados por la alta afluencia de asistentes
La calidez con que reciben a los delegados, activistas, periodistas, etcétera, y las atenciones que brindan, hacen que la estadía en Glasgow se vuelva un intercambio cultural que va desde compartir la mesa con comida casera, conocer y jugar con sus hijos, recorrer los lugares más emblemáticos de la ciudad mientras caminas con sus mascotas, y desde luego, sentarse a hablar de los problemas ambientales que aquejan al mundo.
Ya tienen cerca de doce mil pernoctaciones reservadas y esto no es exclusivo de grupos juveniles, incluso hasta integrantes de las delegaciones de diversos países, se hospedan en sus hogares. Una de las misiones que tiene esta red de familias anfitrionas es justamente, que luego de un arduo día de sesiones plenarias y negociaciones, ofrecer un momento agradable y hacer inolvidable la estancia en Glasgow, haciendo de cada noche una experiencia de música e historias.
Ante la pregunta de qué los motiva a abrir las puertas de su hogar, Rohan Gunatillake aseveró: "Queremos ayudar de alguna forma a combatir el cambio climático, es una buena oportunidad para que nuestros hijos tengan el ejemplo de contribuir al mundo y recuerden la experiencia de haber hospedado personas que de otra manera difícilmente habrían conocido".
Estos niños habrán aprendido para no olvidar, a generar el mejor de los climas: el clima de la hospitalidad. Casi, como si fueran mexicanos.
AMP