Pensé 'me voy a quedar aquí': alumna de la UNAM logra salir de Argentina

Historias de mexicanos en el mundo ante covid-19

Atzin viajó a Argentina para hacer una estancia de investigación… pero quedó atrapada, luego de que el país cerrara sus fronteras ante la pandemia del coronavirus. La joven logró regresar a México en un avión de la Fuerza Aérea.

Atzin viajó a Argentina para hacer una estancia de investigación. Fotos: Atzin Martínez
Sandra Medina
México /

Conservar la calma y pensar con la cabeza fría fue la clave para que Atzin pudiera regresar a salvo a México en un avión de la Fuerza Aérea Mexicana el 31 de marzo desde Argentina.

Los primeros días de enero, Wuhan comenzó a ser noticia mundial por un brote de covid-19 que acabaría siendo una pandemia. Sin embargo, al llegar febrero, Atzin, estudiante de la UNAM, se subió a un avión con rumbo a Argentina para hacer una estancia de investigación.

Como en el resto de América, el virus tardó en llegar a ese país, y en todo ese tiempo, Atzin pudo tomar clases y hacer sus actividades académicas, hasta que los rumores de una cuarentena comenzaron a sonar.


"Fue muy drástico"

Cuenta que a pesar de que cada vez más personas hablaban del virus, la vida seguía normal y sólo algunos comenzaban a tomar sus precauciones. Pero el 19 de marzo, el presidente Alberto Fernández decretó sin más una cuarentena en todo el territorio nacional. Desde ese día, todo cambió.

"Todo fue rápido, cerraron las provincias y a la gente que circulaba por las carreteras les pedían un papel". Atzin recuerda que en Argentina las medidas de confinamiento se aplicaron sin oportunidad para que la gente no las acatara. De un día para otro, todos se encerraron.

La mexicana estaba a unos 50 kilómetros de Buenos Aires, cerca de la Universidad Nacional de la Plata, donde estudiaba. Tras el decreto, decidió quedarse ahí porque su vuelo de regreso a México ya estaba estipulado para el 14 de abril y para ese día, se suponía que el confinamiento habría acabado, por tanto, la aerolínea con la que regresaría no había cancelado su vuelo.

Atzin mantuvo la calma, incluso cuando días después, por medio de un correo electrónico le avisaban que su regreso había sido cancelado.

La joven se puso en contacto con la embajada para saber cuándo podría regresar a México, pues le empezó a preocupar su situación económica para continuar viviendo en Argentina por tiempo indefinido.

Tras llenar varios formularios y anotarse en listas, lo único que le quedó en los siguientes días fue esperar. La respuesta que recibió la estudiante fue que la prioridad era repatriar a las personas más susceptibles al virus. Atzin lo entendió y se dijo "pues, ya ni modo".

Tras un acuerdo entre México y Argentina, dos aviones de la Fuerza Aérea Mexicana en el que viajaron ciudadanos argentinos que deseaban volver, partió de suelo azteca el 30 de marzo, y así a su regreso, traería a 280 mexicanos varados en Argentina, entre ellos Atzin.

"Ya tenía la mentalidad de 'me voy a quedar aquí quién sabe hasta cuándo'".

Ella se enteró el mismo día que el avión llegó a Buenos Aires, de ahí todo fue muy rápido: le asignaron un lugar solo porque había mexicanos que estaban en otra parte de ese país, muy lejos como para llegar a tiempo y tomar el vuelo. 

Después, la embajada le otorgó un papel con el que pudo justificar la salida del lugar donde vivía y logró tomar un taxi que la llevó hasta el aeropuerto, el cual encontró desierto, pues todo estaba cerrado y el único vuelo que salió ese día fue el suyo.

Luego ahí, con cientos de compatriotas, escuchó las historias de unas mujeres que estaban en Ushuaia, mejor conocido como El Fin del Mundo, en ese caso, resultó imposible que pudieran trasladarse a Buenos Aires y no pudieron ser repatriadas.

Hoy, ella ya despierta en su casa, pero se le hace increíble lo rápido que pasó todo; y cuando compara ambas situaciones, está muy segura de que allá las medidas de aislamiento social causaron un cambio radical: "no hay coches circulando, los policías te paran si te ven caminando en la calle, y si no tienes razón para estar afuera, te llevan a la comisaría y te multan".

En cuanto a medidas sanitarias, antes de subirse al avión le dieron cubrebocas y le tomaron la temperatura, además de los cuestionarios con los que la embajada ya la monitoreaba en los días anteriores. Sin embargo, al llegar a México, sólo le tomaron sus datos y no le dieron ninguna indicación adicional.

Ese día, más de 200 personas viajaron con ella, y espera que todas estén haciendo la cuarentena que deberían por responsabilidad social. Dice que no se arrepiente de su intercambio académico y que si algo logró es romper los estereotipos que todo mundo tiene sobre los argentinos, además de ponerse a prueba a sí misma y darse cuenta de su habilidad para enfrentar esas dificultades con miedo, claro, pero eso sí, también con resiliencia.


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