El doctor Hu Weifeng, junto a su compañero, el cardiólogo Yi Fan acapararon los titulares de los periódicos en China en marzo cuando se informó que el color de su piel se había oscurecido tras recibir un tratamiento contra el coronavirus que ambos contrajeron luchando contra la pandemia en Wuhan. Después de cuatro meses de estar enfermo, Weifeng murió, aunque la causa de su muerte no se ha hecho pública.
La noticia de su deceso causó en China el enfurecimiento de la población China expresado en redes sociales contra el manejo de las autoridades de la pandemia de covid- 19 en el país oriental.
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Según explicaron algunos medios locales, la razón más probable del cambio de color en su piel es la de una falla hepática ocasionada por el medicamento que les administraron. Sin embargo, a pesar del efecto secundario, los médicos parecían estar evolucionando favorablemente con el tratamiento.
Es por eso que en China causó conmoción la muerte del doctor, quien, según afirma el diario Global Times , atravesó por una "situación severa y se volvió emocionalmente inestable", mientras la causa de su deceso sigue permaneciendo un misterio.
Es por esto que en Weibo, la versión china de Twitter, los internautas de aquél país utilizan el hashtag #WuhanCentralHospitalDoctorHuWeifengPassesAway para expresar sus respetos y cuestionar a las autoridades del hospital sobre su muerte, además de descartar la "inestabilidad" del médico.
Además, los usuarios de la red social piden la dimisión de los altos funcionarios del Hospital Central de Wuhan, pues Weifeng es el quinto médico que fallece tras tratar enfermos en ese lugar, además de que el periódico Epoch Times, sensurado en China continental, asegura que las autoridades del centro médico pasaron por alto las recomendaciones de seguridad y expusieron deliberadamente a sus doctores al contagio.
Por otra parte, los usuarios de la red social cuestionan la transparencia sobre la enfermedad, principalmente en Wuhan, en donde se supone ya no hay enfermos, por lo que la muerte del doctor disparó la alarma de que quizá, muchas personas sigan siendo tratadas por secuelas del virus.
cjr