A través de un tablero de mando regional y guiado por el mantra “mira los datos, sigue a la ciencia, escucha a los expertos y se inteligente”, el gobernador Andrew Cuomo iniciará mañana la ejecución de una paulatina y, al parecer, larga reapertura del estado de Nueva York ,que se convirtió en la zona más contaminada del mundo por covid-19 y que durante todo abril promedió 35 por ciento de todos los contagios y el 20 por ciento de los fallecimientos en Estados Unidos.
Aunque ambos rubros muestran claras tendencias a la baja, en la semana del 3 al 9 de mayo, el estado aun promedió 3 mil 400 infecciones y 314 muertes diarias, números que sólo parecen moderados si se les compara con los de la semana del 5 al 11 de abril, pico de la infección, cuando se alcanzaron promedios de 8 mil 500 contagios y 800 muertes cada día.
Por lo pronto, para ejecutar la operación, cualquier región debe cumplir con siete métricas que permitan su reapertura. Las primeras tres exigen que las tasas de infección, muerte y hospitalización se apeguen a estándares específicos para evitar un rebrote del virus.
El martes, el jefe de enfermedades infecciosas de los Institutos Nacionales de Salud, el doctor Anthony Faucci, alertó sobre el hecho de que en Estados Unidos “pueden tener muchas más muertes y sufrimiento” si la reapertura de los negocios “se ejecuta demasiado pronto”, aunque el gobernador Cuomo respondió que el estado se halla en en los niveles del 20 de marzo, cuando se decretó a “Nueva York en Pausa”.
Otras de las métricas exigidas a los condados es que deberán demostrar capacidad hospitalaria suficiente y además realizar la mayor cantidad de pruebas posibles que permitan a su vez rastreos de presuntos contagiados.
En las salas de control regionales se rastrearán tasas de hospitalización, de mortalidad, de nuevas hospitalizaciones, pero también la capacidad de camas.
Cualquier alerta que indique que alguna métrica va en la dirección equivocada, dará marcha atrás a la medida. Las regiones que ya cumplieron con las exigencias y se hallan listas para abrir son Finger Lakes, cerca de la ciudad de Buffalo, Southern Tier y Mohawk Valley, ambas en la parte central del estado, que a partir de mañana abrirán a la industria de la construcción, venta minorista para recoger en la acera, agricultura, silvicultura, pesca y manufactura.
En este arranque no está incluida la ciudad de Nueva York, que aun cuenta con el condado más contaminado del mundo, el área de Queens, que a hasta ahora registra 57 mil 178 casos de covid-19 y 4 mil 571 muertos.
La Gran Manzana, así como todo el estado, únicamente podrá dar luz verde a un limitado número de actividades comerciales y recreativas de bajo riesgo como paisajismo, jardinería o autocinemas y deportes como el tenis. Del mismo modo, en al menos 12 condados se reanudarán las intervenciones quirúrgicas de todo tipo que habían quedado en pausa tras la emergencia.
“Esté no fue ni será un ejercicio de gobierno sino uno social”, ha insistido el gobernador Cuomo, otorgando a la población el crédito de haber aplanado la curva aunque sin dejar de insistir en otra de sus máximas: “debemos ser inteligentes”.
jamj