Raúl Castro, quien junto a su hermano Fidel (1926-2016) fue uno de los iniciadores de la revolución cubana, cumple 89 años apartado de los focos de la prensa en medio de los estragos del coronavirus, pero con la dirección del gobernante Partido Comunista de Cuba (PCC) en sus manos.
Desde que comenzó hace 84 días la lucha contra la epidemia en el país, el más joven de los Castro solo ha sido para los cubanos una referencia en fotos, encabezando reuniones del Buró Político del PCC –principal instancia de dirección colegiada de la isla- o en alusiones del Presidente de la república, Miguel Díaz-Canel.
Raúl consagró la mayor parte de su vida política tras el triunfo de la revolución en 1959 a crear y dirigir el ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. No obstante, asumió el mando de la nación tras enfermarse su hermano Fidel en 2006 y desde entonces ha tratado de impulsar una reforma económica y estructural que aún no ha mejorado el nivel de vida de los cubanos, cuando el país se adentra en una nueva crisis económica.
De ahí que Díaz-Canel, de 60 años, llamara a inicios de mayo a responder a lo que se avecina “con ideas distintas” a lo hecho hasta ahora y “propiciar en el país un debate amplio, donde nos propongamos cambiar todo lo que tenga que ser cambiado”, al tiempo que enfatizó que en esa perspectiva se cuenta “con toda la comprensión y apoyo por parte de la dirección del partido”.
En el mismo llamado, el gobernante aludió a declaraciones de Raúl Castro en una reunión de PCC que analizó la realidad económica y social que deberá enfrentar el país este y el próximo año. “Ese es el problema estratégico principal que tenemos, al que hay que dedicarle todo nuestro esfuerzo. Hay que seguir trabajando en estos temas, montarnos en ese tren y no bajarnos más”, habría dicho Castro, según Díaz-Canel.
Pese a que el PCC ha aprobado en esta década por lo menos cuatro documentos programáticos con vista a los cambios –incluido el resurgimiento institucional de pequeñas empresas privadas y cooperativas-, la aplicación de esas políticas ha ido a cuenta gotas, en el decir de expertos “por la enorme burocracia imperante y el rechazo de sectores conservadores dentro de la dirección del país”.
“Pocos procesos de reformas o de transformación o de actualización han contado con tantas ideas plasmadas en tantos documentos; pocos han puesto a trabajar de conjunto a tantas decenas de científicos de tantas y tan diferentes ramas de la ciencia. Sin embargo, hoy estamos aquí, volviendo a tropezar con piedras que pareciera que amamos tanto, que no podemos dejarlas a un lado”, escribió en un medio digital el reconocido economista y profesor cubano Juan Triana, antes de concluir que el estancamiento actual “no ha sido por falta de ideas”.
En tanto la doctora en Ciencias Filosóficas Alina López, otra analista incisiva de la realidad nacional, consideró que el modelo cubano “de socialismo burocrático está agotado y llevará necesariamente a un cambio profundo” y agregó que como “trabajadora, mujer y madre, que desde hace décadas aguarda porque se concrete la promesa de un futuro mejor, juzga el tiempo en sentido cronológico (…) y se intranquiliza por la falta de sensibilidad de quienes nos dirigen ante las necesidades de las mayorías y por su recurrencia a estrategias fallidas”.
jamj