Verónica García-Kambe, mexicana que vive en Noruega desde hace 16 años, narra cómo vive en la ciudad de Haugesund la crisis por la propagación del coronavirus Covid-19.
En dos semanas, cuenta, los ciudadanos pasaron de compartir memes sobre el virus, a vivir encerrados, en cuarentena y con un miedo colectivo. Sin embargo, las personas también han mostrado solidaridad y en redes sociales difunden mensajes de apoyo para superar esta crisis.
Aquí el relato de Verónica:
Enero. La noticia se veía lejana y Covid-19 se viralizaba… en memes
Aquí se empezó a difundir sobre el nuevo virus a través del noticiero a mediados de enero, que fue cuando empezó a escalar la enfermedad en China. Pasado el tiempo y cuando el virus se extendía hacia Europa, empezó a circular más información, sobre todo en redes sociales, sobre los estragos del virus, pero más que nada, se trataba de chistes y memes. Circularon miles de memes sobre el coronavirus. Yo misma compartí muchos de ellos.
27 de febrero. Coronavirus se propaga en Noruega “como avalancha”
Los días pasaban y seguíamos de cerca las noticias de cómo se iba expandiendo el virus hasta que el 27 de febrero escuchamos que el primer caso se había dado en Noruega. Una mujer del norte de Noruega contrajo el virus en un viaje a China y tuvo que quedarse en completo aislamiento. Pero ella no fue la causante de la propagación. Al siguiente día se dio a conocer de tres personas que dieron positivo a la prueba del Covid-19 a su regreso de un viaje a Italia.
La enfermedad empezó a propagarse de manera exponencial por personas que habían estado de viaje, pero también por aquellas que fueron contagiadas en territorio nacional. En dos semanas, la cifra de infectados se elevó de 3 a mil 100.
Como bola de nieve y en avalancha, se han desarrollado rápidamente una cadena de sucesos hasta lo que estamos viviendo hoy en día en este país.
Pasamos rápidamente de la fase 1 de recomendaciones generales de lavarse las manos y mantener nuestra distancia, hasta el “cierre total del país” o estado de emergencia en un lapso de dos semanas.
6 de marzo. Hacen fiesta multitudinaria en Haugesund y se propaga virus
Yo vivo en una ciudad tranquila y pequeña al suroeste de Noruega con una población de 37 mil habitantes. El caso alarmante de mi ciudad, Haugesund, es que el viernes 6 de marzo y cuando todavía estaba permitido este tipo de eventos, se llevó a cabo una fiesta en la que participaron 500 personas a la cual yo asistí. Muchos de los que fueron a esta fiesta se enfermaron ya que un invitado había regresado de vacaciones de Austria. Esta persona no presentaba ningún síntoma cuando asistió a la fiesta. Sin embargo, muchos empezaron a enfermar días después.
A mí me llamaron por teléfono para pedir que me quedara en cuarentena.
12 de marzo. Cierran escuelas y prohíben eventos públicos
Ese mismo día que recibí el mensaje que tenía que estar en cuarentena, se decretó que todas las instituciones educativas cerraban y se impartirían clases en línea. Otras medidas incluían, desde luego, la prohibición de eventos públicos y el cierre de bares y restaurantes. Las farmacias y los supermercados son los únicos que están todavía abiertos.
16 de marzo. Declaran estado de emergencia y toque de queda. Cierran fronteras
Se declara estado de emergencia nacional. Se cerraron las fronteras y toda persona que no es noruega la regresan a su país. Desde este momento ningún noruego sale del país y el que regresa tiene que cumplir con la ley reglamentaria de 14 de días en cuarentena. También se declaró toque de queda y las fuerzas militares están presentes en las calles, garantizando el orden y haciendo que se cumplan las reglas. Muchos nos alarmamos cuando escuchamos un zumbido en el cielo: eran cinco helicópteros militares que llegaron a mi ciudad. Esto es algo nunca antes vivido en este país en tiempos de paz.
17 marzo. Imponen por ley “sana distancia”. Las calles lucen vacías
Hoy leí en primera plana del periódico local que mi ciudad, Haugesund, es una de las más afectadas y que estamos dos semanas atrás de lo que vivió la ciudad de Bérgamo, una de las más golpeadas al norte de Italia. Así que hoy se implementaron medidas todavía más drásticas: No se permiten más de 20 personas por autobús y en los supermercados es por ley mantener un metro de distancia entre personas. A la persona que no siga estos lineamientos le impondrán una multa y en algunos casos será penado hasta con cárcel.
Las calles están completamente vacías, se puede respirar en el ambiente un miedo colectivo aunado al shock de vivir lo que nadie se imaginó hace dos semanas. Los memes que circulaban en las redes sociales cesaron casi en su totalidad y ahora lo que la mayoría comparte en redes sociales son mensajes de apoyo.
La ventaja de este país nórdico, en estos momentos de estado de emergencia, es que goza de una economía bastante sólida.
Sin embargo, el plan económico se presentó después de haber tomado las decisiones necesarias para proteger la salud de la población. El plan que se aplicará, presenta una serie de medidas drásticas y no cabe duda que entraremos en una recesión económica muy severa.
Pero el gobierno lo expresa de la siguiente manera: “Vamos a garantizar el bienestar de la población y trabajaremos juntos y apoyados de las instituciones para sanar la economía cuando estos momentos difíciles hayan pasado. En estos momentos necesitamos mostrar solidaridad y nuestra calidad como sociedad”.
Muchos establecimientos locales han cerrado a pesar de perder dinero, y muchas de estas personas que cerraron sus negocios hacen voluntariados en hospitales o asistencia domiciliaria para los que están en aislamiento. La gente se solidariza con los demás y crean grupos en Facebook para ofrecer su ayuda.
ROA