No hay plazo que no se cumpla ni fecha que no llegue y con eso nos referimos a las elecciones federales en Estados Unidos.
Los estadunidenses están obligados a emitir un sufragio en una de las jornadas electorales más cerradas de su historia moderna donde, de ganar Kamala Harris se elige a su primera presidenta; pero de ganar Trump se puede volver a una era donde los cuestionamientos eran la principal nota del día.
Luego de la era de Joe Biden frente a la Casa Blanca, quedan varios pendientes en su administración y su siguiente sucesor (sea Kamala o Trump) deberá de resolver, pues la política que impulse Washington en los próximos cuatro años será determinante para las relaciones entre ambos países.
¿Cuáles con esos pendientes?
- Migración
Para más de 70 por ciento de los estadunidenses, la inmigración ilegal, la inmensa mayoría cruzando por la frontera con México, es algo entre “extremadamente y muy importante” en sus vidas y que se debe enfrentar, por lo que se ha convertido en punto obligado de las propuestas electorales tanto de Donald Trump, que lo ha hecho desde sus anteriores campañas de 2016 y 2020, y de Kamala Harris, orillada a subir el tono para captar más votos.
El republicano es frontal e incendiario con el tema al tachar a quienes llegan a su país de manera ilegal como “locos, delincuentes y asesinos, lo peor de sus países originarios”; ha prometido cerrar de inmediato la frontera y realizar “la mayor operación de deportación de la historia de Estados Unidos”.
Kamala maneja un discurso humanitario y no agresivo contra los migrantes, pero ha sido muy enfática en señalar que, en los hechos, reforzará la seguridad fronteriza para detener el flujo ilegal bajo un acuerdo bipartidista en el Capitolio.
- Te recomendamos Abren centros de votación en Estados Unidos por elecciones presidenciales Internacional
- Narcotráfico
La cada vez mayor fuerza de los cárteles mexicanos de narcotráfico y las altas cifras de muertes por fentanilo (más de 107 mil en 2023) de estadunidenses son temas que provocarán divergencias y desencuentros entre la nueva administración que asuma en Washington y México, independientemente de quién llegue a la Casa Blanca.
Donald Trump ha sido el más crítico al izar como uno de sus temas principales en la campaña la cuestión de seguridad de su país ante el crimen organizado, proveniente del sur de la frontera estadunidense, sacándolo a colación en todos sus mítines de campaña e intentando relacionarlos con la inmigración ilegal.
Sobre los cárteles ha dicho que piensa “exterminarlos”, buscar la pena de muerte para los capos e incluso enviar tropas especiales a México y confrontarlos.
Kamala ha coincidido con el republicano en torno a que los narcotraficantes son “una prioridad máxima ante el flagelo que es el fentanilo”, ha prometido duplicar el presupuesto “para extraditar y procesar a las organizaciones criminales transnacionales” y ha mencionado al cártel de Sinaloa en particular.
- Te recomendamos Ave de tempestades: Donald Trump, entre la cárcel y la victoria en las elecciones de EU Internacional
- Relación comercial
México es ya el principal socio comercial de Estados Unidos, desbancando a Canadá y China, y también el mayor exportador de productos al país vecino. La vecindad y compartir una extensa frontera con notables zonas urbanas potencializa el intercambio.
El principal producto que México vende a los estadunidenses es el automotriz que generó en 2023 casi 36 mmdd. El outsourcing promete potencializar el comercio a favor de México. Por eso Donald Trump ha puesto el tema como parte de su programa electoral proteccionista al grado de amenazar con imponer aranceles de hasta 200 por ciento a los vehículos fabricados en el país por la inversión china en ese sector.
El republicano también ha advertido que puede poner en revisión el T-MEC, e incluso buscar endurecerlo a su favor, ante el enorme déficit de EU ante México, de más de 230 mmdd en 2023.
Kamala Harris ha sido mucho menos dura con el tema de intercambio comercial con México, pero cuando era senadora votó en contra del T-MEC y analistas contemplan que en 2025, año de la revisión del tratado, en caso de ganar la presidencia también buscará renegociar ciertos puntos, pero sin la virulencia republicana.