El vice primer ministro Alejandro Gil anunció hoy que en 2024 la economía de Cuba aspira a un “crecimiento mínimo” de dos por ciento, luego de estar a punto de cerrar el año en curso con una “contracción de entre el uno y dos por ciento”,
Gil, quien es también titular de Economía, reconoció que el crecimiento previsto quedará una vez más por debajo del cinco por ciento que requiere la isla de manera sostenida para sobrepasar la crisis que padece desde hace cuatro años.
“No resulta posible alcanzar en 2023 el crecimiento de tres por ciento del Producto Interno Bruto. Llevamos dos años consecutivos con crecimientos de 1.3 y 1.8 por ciento”, puntualizó Gil al intervenir en la última sesión del año de la Asamblea Nacional.
Agregó que “debido al comportamiento de la economía en el último trimestre del año, esperamos una contracción de entre un uno y dos por ciento al cierre de 2023”.
“Hay que trabajar más, esa es la única salida”, agregó el ministro al anunciar la aspiración de alcanzar el año entrante “un crecimiento mínimo del dos por ciento” y anunciar nuevos “riesgos y tensiones”.
No hay dinero para importaciones: ministro
Al referirse al año próximo, Gil anticipó otra etapa “muy tensa” para el país, que cierra 2023 con una inflación del 30 por ciento, aunque en el sector agropecuario, el más recurrido por los cubanos, ese indicador llegó al 72 por ciento.
El ministro identificó entre las causas de este panorama a las sanciones económicas de Estados Unidos, el desajuste del comercio mundial y el bajo efecto de las medidas adoptadas por el gobierno cubano para enfrentar tales realidades.
A modo de ejemplo dijo que los precios internacionales de los principales insumos de la economía nacional “han crecido un 76 por ciento como promedio, lo cual equivale a que el país necesitará en 2024 unos 717 millones de dólares más para importar lo mismo que el año pasado”.
“No hay dinero para compensar con importaciones lo que dejemos de producir internamente”, alertó el ministro al anunciar el proyecto de aumentar en 2024 la producción de alimentos hasta en 20 por ciento, aunque aclaró que aun alcanzando esa meta, los resultados “estarán muy por debajo de la demanda”.
Nuevas restricciones
Gil destacó la mejoría alcanzada en la generación de electricidad en comparación con 2022, sin que el sistema este todavía en condiciones de responder a la demanda de manera sostenida, y dejó entrever que el año entrante pudiera variar la forma en que se han administrado los apagones en la isla.
“No podemos seguir afectando al sector empresarial estatal”, dijo el ministro en relación con la práctica sostenida de, en caso de baja producción de electricidad, afectar los menos posible al sector residencial, donde se concentra más del 60 por ciento del consumo nacional de energía.
“Cuando se paraliza la producción acero y cemento por falta de electricidad, de todas formas estamos afectando a la población porque entonces no hay ni cemento ni acero para construir o reparar viviendas”, dijo.
En Cuba “trabajamos en una economía de guerra”
Por su parte, el primer ministro Manuel Marrero reconoció que “desde el gobierno no se ha articulado adecuadamente la implantación de políticas en sectores claves de la economía” y anticipó una reformulación en 2024 de los contenidos de trabajo del ministerio de Economía.
“Hemos trabajado y seguimos trabajando en un escenario de economía de guerra, esto ha generado una agudización de las situación socio-económica del país, acentuada por el bloqueo”, dijo Marrero.
“No estamos sentados esperando que quiten el bloqueo, pero en un país como el nuestro, bloqueado, hemos tenido que enfrentar además las crisis globales”, agregó en referencia a las circunstancias en que transcurre la gestión de su gobierno.
ROA