El sector privado de Cuba, anulado por el Estado durante más de medio siglo y renacido hace dos años por las reformas económicas del presidente Miguel Díaz-Canel, acaba de emplazar al mandatario estadunidense, Joe Biden, a “cumplir sus promesas de apoyo” al gremio.
En tanto, la empresa estadunidense Fuego Enterprises Inc., con representación oficial en La Habana, anunció ayer el inicio de la importación de autos para comercializar en la isla, con la aprobación de Washington.
La carta y el anuncio forman parte del complejo escenario en el que el sector privado trata de abrirse paso, cuando en marzo pasado se cumplieron 55 años de que el liderazgo cubano de entonces lo redujera casi cero, en el supuesto de que el empresariado estatal sería capaz de suplirlo y permitir “una mejor distribución de las riquezas nacionales”.
Al amparo de las reformas, Cuba cuenta en estos momentos con medio millón de trabajadores autónomos, más de siete mil mipymes privadas y cinco mil cooperativas que agrupan a cerca del 35 por ciento de la población económicamente activa del país.
Tal crecimiento, como alternativa a la baja productividad del empresariado estatal, ha sido asimilado en la isla con reserva por sectores conservadores, temerosos de que se convierta “en un factor político contrario al socialismo”, en tanto Estados Unidos le ha dado su bendición.
La Carta a Biden
En este contexto, los empresarios expresaron en carta a Biden que “su administración debe considerar que nuestro éxito comercial se ve muy dañado por la actual política estadunidense hacia Cuba, que obstaculiza nuestras operaciones comerciales cotidianas”.
Esta es la segunda ocasión desde noviembre pasado que los empresarios cubanos se dirigen a Biden, quien cuatro meses después de la primera misiva les prometió mayor acceso a servicios de Internet, aplicaciones y plataformas de comercio electrónico de Estados Unidos, así como, "ampliación del acceso a microfinanzas y capacitación".
Sin embargo, en comunicación hecha llegar a MILENIO en La Habana por la Alliance for Cuba Engagement and Respect (Alianza por el compromiso y respeto a Cuba), unos nueve mil dueños de negocios privados en la isla y en Estados Unidos, aseguran “no haber visto progreso real en ninguna de esas áreas”.
Los empresarios solicitaron además la exclusión de Cuba de una lista de países patrocinadores del terrorismo que emite Washington e implica serias limitaciones financieras y comerciales para la isla, que atraviesa desde hace dos años la peor crisis económica del presente siglo.
“Es incomprensible e inhumano que en medio de una crisis económica interna, agudizada por la actual crisis mundial, su administración –que reiteradamente afirma apoyar al pueblo cubano– continue con las políticas crueles y fallidas de la era (Donald) Trump que apuntan directamente a nuestros medios de vida”, afirmaron.
La venta de autos
La importación de autos por una empresa estadunidense puede ser normal en cualquier parte del mundo, pero es novedad en Cuba por la larga confrontación entre Washington y La Habana, que mantenía prohibida esa posibilidad de los años 60 del siglo pasado.
“Tenemos una responsabilidad corporativa de generar beneficios, pero también tenemos una responsabilidad de contribuir al bienestar de la sociedad cubana, participando en estas nuevas oportunidades que se están abriendo para romper el aislamiento y para que los cubanos tengan acceso a este tipo de bienes”, dijo el cubano-americano Hugo Cancio, director ejecutivo de Fuego Enterprises Inc, al ser anunciado el inicio de las ventas.
“En pocos días Fuego ha recibido unas 30 solicitudes de importación que están siendo tramitadas. Las entregas en La Habana se realizan entre 10 y 20 días después de realizada la compra”, dijo la empresa.
LG