Los cubanos parecen dispuestos a olvidar por estos días la peor crisis económica de los últimos 20 años para despedir al 2021, y las fiestas para el Año Nuevo 2022 han comenzado a correr por muchas plazas y casas, aunque el covid-19 sigue latente y el gobierno llame a la cordura una y otra vez.
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"Malanga sin nasobuco (cubrebocas) y tremenda promiscuidad social. A guarachar con el coronavirus en los bailables que están donde quiera y todo el mundo es responsable de este relajo (…). ¡Agárrate Chicho¡", escribió en su cuenta en Facebook Eutelio Suárez, en reflejo de una realidad que crece cuando se aproxima el 31 de diciembre.
En Cuba solo los hoteles, algunas dependencias públicas y contados hogares han acudido a los tradicionales adornos de luces y colores, y hasta la carne de cerdo, la comida tradicional, estará ausente de muchas cenas de fin de año por la disminución en 36 por ciento en tres años de la producción porcina y los altísimos precios del alimento, en medio una inflación acumulada que el gobierno estima llegará a 70 por ciento al cierre del año.
"La inflación no es solo un problema de Cuba, es un problema mundial por el covid-19, por la reducción de la actividad productiva global, por el aumento de los fletes, y en nuestro caso particular por ese bloqueo de Estados Unidos que busca asfixiarnos", asegura el vice primer ministro, Alejandro Gil, en respuesta a críticas a su gobierno por “la mala administración de la crisis”.
En tanto, Jorge Valle, contador jubilado, considera que "si no despedimos el año como Dios manda, con lo que tengamos a mano, mañana todo será peor. No, no me alcanza para comprar puerco (cerdo) pero voy a asar pollos, y a las 12 de la noche del 31 con mi hijo, su mujer y mi nieto tiraremos unos cuantos cubos de agua para que se vaya lo malo".
El covid-19, vacunas y los alimentos
Desde marzo de 2020, la covid-19 redujo casi a cero el ingreso de turistas, principal fuente de dinero fresco del país, y la actividad productiva se desmoronó, hasta que Cuba logró la inmunización con vacunas propias del 85.8 por ciento de su población, aunque todavía la epidemia sigue y su variante ómicron gana terreno.
El país caribeño se sumó en 2021 con sus vacunas Abdala, Soberana 02 y Soberana Plus a la élite mundial productora de antígenos contra el coronavirus, al tiempo que llevó a fase de ensayos clínicos las vacunas Soberana 01 y Mambisa, y desarrolló otros medicamentos y equipos especializados, como respiradores mecánicos.
Según la plataforma Our World in Data, la isla ocupa el segundo lugar del mundo por cantidad de población vacunada, solo detrás de Emiratos Árabes, y avanza en una vacunación de refuerzo.
Los resultados en ese campo han sido tan espectaculares en comparación con otros, que reconocidos economistas como el doctor Juan Triana Cordoví, se preguntan al igual que muchos cubanos de a pie, "¿qué es más difícil, producir vacunas o producir cerdos?"
"Sin dudas esa es la gran paradoja de nuestra realidad. Y cuesta mucho explicarla. Se hace mucho más fácil explicar la capacidad de nuestro sistema productivo para obtener un producto tan sofisticado como una vacuna, que explicar su incapacidad para producir cerdos, o azúcar, o pollos de ceba, o boniatos, o maíz", dijo.
"¡Nos tiraron a matar!", considera Díaz-Canel
El presidente Miguel Díaz-Canel reconoce que el actual liderazgo cubano nuca ha “vivido años tan plagados de desafíos y amenazas”.
"Bloqueo estadunidense reforzado con 243 sanciones adicionales en medio de una pandemia con picos escalofriantes, escasa disponibilidad de medicamentos y déficit de oxígeno terapéutico; problemas en la generación eléctrica; desabastecimientos de productos de primera necesidad, altos precios; Guerra de IV Generación, apoyada en una campaña de descrédito vil y calumniosa contra las heroicas brigadas médicas (laboran en más de 30 países), contra el liderazgo revolucionario, contra las familias", sintetizó el mandatario.
Escenario ese en el que se inscribieron las inéditas manifestaciones antigubernamentales del 11 y 12 de julio pasado en más de una treintena de localidades con el saldo de un muerto y "mil 320 detenidos, de los cuales 658 siguen presos", según la oposición. Esas acciones, sin embargo, no se repitieron en el resto del año pese a reiterados llamamiento desde la isla y del exilo en Estados Unidos.
Pero aun en tales circunstancias, los cubanos se evaden de sus muchos problemas y buscan despedir el año “como Dios manda”, que aquí equivale a fiestar como sea y con el ron de mano en mano.
OMZI