Cubanos piden a Díaz-Canel que inicie un “diálogo nacional”

La propuesta surge a pocos días de que se cumplan un mes de las protestas contra el gobierno de la isla.

Cuba registró unas sorpresivas protestas contra el gobierno en la isla hace más de un mes.| EFE
Manuel Juan Somoza
Cuba /

Cubanos de los más variados estratos sociales y posiciones políticas coincidieron esta semana en proponer al presidente Miguel Díaz-Canel la puesta en marcha de “un diálogo nacional” para sobrepasar la profunda crisis económica y sanitaria que vive la isla, pláticas de las que solo estarían excluidos “quienes coquetean con la anexión” a Estados Unidos.

“No perdamos de vista que la falta de diálogo sostenido, plural y naturalizado dentro del ordenamiento cubano, también es causa del estallido social del 11 de julio (…). Reconozcamos con humildad las meteduras de pata”, sugirió el comentarista Ariel Dacal desde el ámbito digital, único espacio con iniciativas de esta índole en un país donde la prensa tradicional responde al gobernante Partido Comunista.

Los llamados al diálogo crecieron tras las manifestaciones contra Díaz-Canel del 11 y 12 de julio pasado en más de una treintena de localidades de la isla, en las que se registraron enfrentamientos entre partidarios y contrarios al gobierno, asaltos a comercios, apedreo a hospitales públicos e intervención policial.

El gobierno solo ha reconocido un muerto y no ha informado la cantidad de detenidos y heridos durante los disturbios en el país. Los manifestantes denunciaron por su parte acciones desmedidas de parte de la policía.

Desde entonces, la isla vive una extraña calma, con la profundización de una crisis económica sin salida al alcance de la vista, un pico pandémico que hoy dejó 83 muertos y nueve mil 427 nuevos enfermos de covid-19, y una presión creciente del gobierno estadunidense de Joe Biden para que Cuba cambie su rumbo político.

“Creo que (lo ocurrido esos días) es un antes y un después por lo inédito del hecho para nosotros. No creo que sea un capítulo más; es algo de gravedad que nos lleva a reflexiones y espero que a medidas inmediatas. En Cuba vivimos una situación de estrés social que se acrecienta y estoy consciente de que no solo es culpa del bloqueo” de Estados Unidos, estima Silvio Rodríguez, considerado uno de los símbolos de la revolución cubana.

Rodríguez reprodujo esas declaraciones en su blog Segunda Cita y agregó: “Si en Cuba va a haber un solo partido este debe ser muy abierto, inclusivo, ecuménico, aunque tenga metas estratégicas, El país y sus instituciones se deben a toda la ciudadanía, no solo a los que piensan de una forma”.

¿Qué opina el gobierno?

Desde el 11 de julio, el presidente Díaz-Canel se ha reunido con economistas y académicos para hablar de las reformas económicas en curso, detenidas durante una década en sus partes más trascendentes; abrió puertas por primera vez en medio siglo para que una empresa estadunidense opere en la isla; dialogó con jóvenes universitarios y emprendedores del incipiente sector privado, así como con líderes religiosos; y propició la aprobación de un decreto-ley sobre micro, pequeñas y medianas empresas privadas, formaciones desaparecidas de la economía nacional desde los años 60 del siglo pasado.

“Si hemos podido en algo tan colosal y difícil (como la creación de tres vacunas propias anti covid-19), ¿qué no podremos hacer en otras áreas? Y sobre todo, cuánto no podremos si articulamos los diálogos pendientes, rescatando la obra social y promoviendo mayor atención a sectores vulnerables”, considera el mandatario cubano.

No obstante, “el extremismo obstaculiza el diálogo cuando se atrinchera en lo indefendible y, en nombre de la defensa de la revolución, descalifica cualquier tipo de crítica”, afirma el ex diplomático cubano Jesús Arboleya, en referencia al núcleo duro de partidarios y miembros del Partido Comunista. Del otro lado, se encuentra la intransigencia del extremismo de derecha de los cubanoamericanos de Miami, que están en sintonía con congresistas conservadores en Washington.

Jóvenes cubanos a favor o en contra

Según encuestas, uno de cada tres cubanos nació después de la caída de la Unión Soviética, principal aliado y referente entonces del socialismo a la cubana, y causa además de la crisis de los años 90. De ahí que la muchachada que participó mayoritariamente en los acontecimientos del 11 y 12 de julio no conociera el romanticismo que se desbordó por la isla con el triunfo de la revolución en 1959, y para muchos su concepto de revolución hoy no pasa por alinearse con los pronunciamientos oficiales.

“A ellos, la épica revolucionaria, las evidentes transformaciones y los beneficios de las primeras décadas no les dicen nada. Han conocido los últimos 30 años, con la secuela de pobrezas, aumento sostenido de la desigualdad, proyectos de vida fallidos y expectativas por el éxodo a edades cada vez más tempranas”, opina la especialista Alina López.

“Todas las generaciones traen algo propio; lenguajes, reivindicaciones; todas las generaciones traen su dosis de continuidad y también de ruptura”, estima Silvio Rodríguez.

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