A unas horas de que oficialmente concluya la Cumbre del Clima de Madrid (COP25) parece no haber nada definido en cuanto a la declaración final en la que se darán a conocer los acuerdos sobre el mercado global de emisiones de CO2. De hecho, no se descarta que hubiera una prórroga de horas o incluso un día, como ha sucedió en otras cumbres.
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Por lo pronto, habrá que esperar hasta el final de la jornada de la cumbre, o bien a las 18:00 horas (horario peninsular), que es cuando está prevista la reunión plenaria donde se dan a conocer los acuerdos.
Llamadas a última hora, conversaciones a puerta cerrada, nervios. Los negociadores en la Cumbre del Clima apuran los tiempos a contrarreloj.
Además, fuentes de la negociación comentaron su preocupación por al percibir una “regresión” respecto a los compromisos adquiridos en el Acuerdo de París y también respecto a la estructura prevista para lograrlos.
Trascendió que un grupo de ellos, liderado por China, India y Brasil, está presionando en la Cumbre del Clima de Madrid para retrasar hasta tres años la obligación de presentar medidas más fuertes y ambiciosas contra el cambio climático.
Si la fecha que se estaba imponiendo hasta ahora era 2020, este grupo ha planteado “no moverse ni una coma del articulado del Acuerdo de París” y esperar a 2023, cuando se realizará el inventario de cómo está la situación global. La clave está “en los grandes emisores de gases”, según fuentes de la negociación.
Por otro lado, activistas de Greenpeace llevaron a cabo una acción reivindicativa en el entorno del recinto ferial del IFEMA, donde se celebra la Cumbre del Clima, con el objetivo de protestar contra la “mercantilización de las negociaciones climáticas”.
La organización colgó varias pancartas de 20 metros cuadrados en las torres de iluminación y unos treinta activistas portan pancartas con los mensajes “El clima no es un negocio”.
Teresa Ribera, la ministra española que dirige las negociaciones de los aspectos clave de la Cumbre del Clima ya admitió la “tensión” entre los países partidarios de aumentar los recortes de emisiones de CO2 y los que “se resisten a avanzar”.