Me daban hasta 9 pastillas: niño mexicano detenido en EU

El Centro de Derechos Humanos y Leyes Constitucionales de Los Ángeles reveló que niños migrantes reciben psicotrópicos en refugios. Esta es la historia de un niño mexicano que continúa en un centro para migrantes en Nueva York.

En Texas se ubican los principales centros de detención para niños migrantes. (Foto: Reuters)
Ciudad de México /

Una demanda del Centro de Derechos Humanos y Leyes Constitucionales de Los Ángeles reveló que niños migrantes reciben rutinariamente, y por la fuerza, medicamentos psicotrópicos en refugios.

El Centro de Tratamiento Shiloh, en Texas, es el principal señalado de estas prácticas.

La demanda incluye los casos de al menos 37 menores, con sus declaraciones o de algunos familiares y sus fichas médicas.

Esta es la historia de uno de los pequeños que llegó en 2014 a Estados Unidos y aún permanece en un refugio. Es mexicano, su nombre fue borrado de los registros públicos por motivos de seguridad y su declaración la dio el 15 de noviembre del año pasado en Nueva York:


Llegué en 2014 a Estados Unidos. Estuve en seis albergues y en un hospital. Actualmente estoy en un albergue en MercyFirst, en Syosset, Nueva York.

Después de que llegué a Estados Unidos estuve en un albergue de Texas y luego fui transferido a un hospital para gente loca. Estar ahí me hizo sentir desesperado; sentía que me iba a volver loco. Las paredes eran todas blancas y te hacían sentarte en un lugar especial si no te comportabas bien. Estuve ahí 14 días.

Después del hospital, fui a un albergue en El Paso, Texas, llamado Southwest Key y luego en uno en Houston. Me llevaron a Houston porque ahí el equipo podría darme más medicina. No recuerdo si había algo escrito sobre su decisión, pero no creo que hubiera tenido oportunidad de negarme.

De Houston me llevaron a Shiloh. En Shiloh me dieron aún más medicamentos. Tomaba nueve píldoras en la mañana y siete más por la tarde. No sé qué tipo de medicamentos me estaban dando; nunca nadie me dijo nada. No sé cuál es mi diagnóstico o mi enfermedad. La medicina me hizo engordar. Antes era delgado. Me hizo estar hambriento todo el tiempo; me podía comer hasta tres platos de una sola vez.

Algunas personas en Shiloh provocaban a los niños y nos hacían enojar intencionalmente. Nos hacían actuar violentamente y teníamos que recibir dosis. Los de Shiloh nos insultaban y nos llamaban "hijo de puta". Solían hacerlo en inglés, pero yo entiendo un poco de inglés, entonces sabía lo que me estaban diciendo y me hacían enojar mucho.

Dos del equipo de Shiloh fueron violentos conmigo. Uno era un maestro cuyo nombre era 'Hors'. Muchas veces, él llamó al equipo médico al salón de clases para que me dieran dosis. Una vez, me enojé mucho y quería irme del salón. Yo estaba sentado boca abajo y él llegó y me tocó, lo que me hizo enojar más. Entonces me agarró y torció mi brazo detrás de mi espalda y me levantó, yo sentía que mi hombro se iba a romper. Grité. El maestro ya había hecho eso a uno de mis amigos.

Cuando llamaba al equipo médico, llegaban y me daban una dosis para tranquilizarme. Pasó muchas veces. Ellos me daban una dosis y luego yo comenzaba a sentirme adormilado y pesado, como si no tuviera ninguna fuerza. Me quedaba dormido por tres o cuatro horas y cuando despertaba, poquito a poquito comenzaba a sentir que volvía a tener fuerza. También vi que le hacían eso a uno de mis amigos.

Otra persona del equipo de Shiloh fue violento conmigo dos veces. No sé cómo se llama; era una persona mayor y se retiró cuando yo aún estaba ahí. Cuando me agarró, me dobló la mano completamente hasta atrás hasta que casi tocaba mi muñeca. Dolió mucho. Casi lloro, pero él sólo se reía.

Yo ya quería dejar de tomar todas las medicinas que me daban en Shiloh, pero cuando les dije a los doctores ellos me dijeron que debía continuar tomándolos porque me calmaban. Ahí vi a dos doctores diferentes; los dos eran hombres. Les dije que el problema era ese lugar, me hacía sentir enojado. Me sentía muy asustado ahí, intenté portarme bien para que me trasladaran.

Finalmente fui transferido a Sky, en Chicago, en noviembre de 2016. Ahí, el doctor me permitió comenzar a dejar el medicamento. No me gustaba. Yo estaba bien. Desde el día que llegué a Chicago no me volví a enojar. Me sentí mejor cada día y dejé de tomar tanto medicamento.

En mayo de 2017, fui trasladado al Centro de Tratamiento Residencial (RCT)en MercyFirst. No sé exactamente por qué. Los del equipo me dijeron que me iban a tratar mejor aquí. No me quería ir porque me había acostumbrado al programa de ahí pero acepté y fui voluntariamente. No recuerdo que me hayan dado algo por escrito.

Fui llevado al hospital tres o cuatro veces mientras estuve en el RCT, pero nunca dormí ahí. Que yo recuerde, nunca tuve problemas de conducta.

En octubre de 2017, me bajaron del RCT al albergue MercyFirst. Ahora, la persona que trabaja en mi caso dice que está a punto de enviar mis papeles para irme permanentemente a una casa de adopción con una familia. Mi único familiar en Estados Unidos es el hermano de mi abuela, pero él no quiere cuidarme. Extraño mucho a mi familia en México, más a mi mamá, pero tengo miedo de regresar por la gente que intentó matarme.

Nunca he recibido ninguna notificación para alguna audiencia con fianza o una lista de servicios legales.



Traducción al español: Ana Estrada

ALEC

  • Milenio Digital
  • digital@milenio.com
  • Noticias, análisis, opinión, cultura, deportes y entretenimiento en México y el mundo.

LAS MÁS VISTAS