Cuba, entre bombardeo de declaraciones por aniversario de protestas del 11 de julio

El hecho ocurrido el 11 de julio de 2021, donde personas se lanzaron a las calles de San Antonio de los Baños, al suroeste de La Habana, para demandar al gobierno local soluciones a los cortes de electricidad.

Cuba cumple un año de manifestaciones del 11 de julio (EFE)
Manuel Juan Somoza
Cuba /

El primer aniversario de las mayores manifestaciones contra el gobierno registradas en Cuba desde los años 60 del siglo pasado, transcurrió en medio de un bombardeo de declaraciones a favor y en contra, mientras la gente de a pie cargaba un día más sobre sus hombros la crisis económica que padece el país.

“Es verdad que el 11 de julio pasado se nos dieron sucesos digamos desagradables, lo que no deseamos que pase en nuestro país. Se produjeron hechos vandálicos, algunos con un ensañamiento y con una vulgaridad y agresividad tremenda”, comentó el presidente Miguel Díaz-Canel.
En declaraciones a la prensa tras participar en trabajos agrícolas con un grupo de jóvenes, el gobernante agregó sin embargo que ese mismo día “el pueblo salió a las calles a defender a la revolución, los jóvenes salieron a las calles a defender la revolución y en menos de 24 horas, mucho menos de 24 horas, ya no había disturbios y se habían apagado los focos aquellos de hechos vandálicos y delitos totalmente denigrantes”.

El 11 de julio de 2021, la mayoría de los cubanos y el gobierno fueron sorprendidos por un grupo de personas que se lanzaron a las calles de la localidad de San Antonio de los Baños, al suroeste de La Habana, para demandar al gobierno local soluciones a los cortes de electricidad que, en el decir de los protestantes, se habían mantenido “todas las madrugadas desde hace una semana”.

A la demostración su sumaron opositores al gobierno que comenzaron a dar gritos de Libertad; el acontecimiento fue transmitido casi en tiempo real por las redes sociales y en cuestión de horas se reportaron acciones similares en unas 30 localidades del país, con enfrentamientos callejeros entre partidarios y contrarios al gobierno, asaltos a hospitales públicos y comercios, y ataques a unidades móviles de la policía, con el saldo de un manifestante muerto y decenas de heridos.

Se estima que habrían sido más de mil los detenidos por esos hechos. La Fiscalía General de la República (FGR) informó el 25 de enero pasado que eran 790 los cubanos instruidos de cargo, y este mes de julio puntualizó que sumaban 488 los procesados con sentencias definitivas de cárcel o internamiento domiciliario “por su participación comprobada en actos vandálicos el 11 de julio”.

“Exigimos al régimen de Cuba libertad de expresión”, dice Embajada de EU

En ocasión de este primer aniversario, desde Miami, la llamada “capital del exilio cubano” en el Estado de la Florida, e incluso desde la Embajada estadunidense en La Habana se registraron pronunciamientos de condena al gobierno de la isla.

“Exigimos al régimen de Cuba que proteja el derecho de sus ciudadanos a la libertad de expresión y reunión”, dijo la Embajada estadunidense en el inicio de un pliego de demandas, en tanto el senador por la Florida, Rick Scott, acusó al presidente Joe Biden de “debilidad y cobardía” por su posición antes las manifestaciones del verano pasado en el país caribeño.

En tanto, el grupo opositor Consejo para la Transición Democrática en Cuba expresó en un extenso comunicado desde La Habana que “continuaremos trabajando por la libertad de quienes están en la primera línea por la libertad: las y los presos políticos (…) protagonistas de esta primera revolución ciudadana en la isla”.

Los cubanos de a pie

En medio de esta andanada de declaraciones, este 11 de julio transcurrió sin sobresaltos en la isla, según pudo constatar MILENIO en algunas zonas tradicionalmente calientes de La Habana y en contacto telefónico con fuentes en las provincias orientales.

La cotidianidad siguió su ritmo agobiante al margen de las declaraciones políticas, signada por la crisis económica. Fue otro día de largas filas de consumidores para adquirir un trozo de carne de pollo; de cortes de electricidad diarios; de inflación sin control y salarios y pensiones a la baja; de transporte público limitado.

En una comparación entre la crisis vivida por los cubanos en el decenio de los años 90 y la de estos días, a fin de interpretar el contexto actual, el destacado académico residente en La Habana Rafael Hernández apuntó: “Entonces (en los 90), no había un desgaste político acumulado, ni se había alcanzado el punto de fatiga que existe hoy. Ahora no hay apagones de 16 horas diarias como en 1993.94, (la media es 4 horas) , pero su impacto es muy superior, como demostró el 11 de julio”.

LCR

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