Cientos de miles de personas colmaron el domingo el centro de la ciudad de Sao Paulo para celebrar la marcha del orgullo LGBT, que este año invitó a "recuperar" los colores verde y amarillo de la bandera brasileña, tomados como emblema por la derecha política.
Una bandera arcoíris gigante cubrió la fachada del prestigioso Museo de Arte de Sao Paulo (MASP) en la atiborrada avenida Paulista, la principal de esta gran ciudad del sureste brasileño, en la que reinó un ambiente festivo con música y mensajes en favor del respeto por "toda forma de amar, toda forma de ser".
Bajo el lema "Basta de negligencia y retroceso en el Legislativo", los organizadores de la tradicional manifestación hicieron un llamado a votar por candidatos alineados con los derechos de la comunidad en las elecciones municipales que se celebrarán en octubre en Brasil.
También a mantenerse vigilantes ante el avance de iniciativas conservadoras.
Porristas en el desfile:
La marcha ocurre pocos días después de que el Congreso brasileño prohibiera, con votos ultraderechistas y evangélicos, promover o financiar con dinero público acciones contra "el concepto de familia tradicional", el aborto o las cirugías de cambio de sexo para menores.
La disposición, incluida en una ley de presupuesto, había sido vetada por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Participar en la marcha del orgullo "es luchar por la visibilidad, contra la violencia y decir que existimos y somos ciudadanos con todos los derechos y deberes", señaló a la AFP Eugenio dos Santos, un asistente vestido con la camiseta de la selección auriverde.
Calles inundadas por colores de libertad:
Casi 20 millones de brasileños (10 por ciento de la población) se identifican como personas LGBT, según la Asociación Brasileña de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Travestis y Transexuales e Intersexuales.
La primera marcha del orgullo en Brasil se realizó en 1997 y reunió unas 2 mil personas. Ahora es considerada una de las mayores del mundo, con asistencia esperada de tres millones de personas.
La cita "es crucial para que el país entienda que esta lucha pertenece a toda la sociedad", dijo a la AFP la drag queen Tchaka, una de las musas del festejo, enfundada en un vestido de tul verde y amarillo.
El pedido de vestir esos colores fue una proclama contra el ex presidente Jair Bolsonaro y sus partidarios, que los usaron como símbolo durante el mandato del ultraderechista.
La idea surgió tras el reciente megaconcierto en Rio de Janeiro de Madonna, quien interpretó un tema junto a la artista drag queen brasileña Pabllo Vittar vistiendo ambos la camiseta de la "canarinha".
La diputada Samia Bomfim, del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), propuso declarar la marcha del orgullo de Sao Paulo patrimonio cultural inmaterial de Brasil, para que "el Estado siempre tenga la responsabilidad de preservarla", escribió en su cuenta de la red X.
La homofobia es un delito en el país desde mediados de 2019, pero a diario se registran agresiones a homosexuales y transexuales.
Según organizaciones de defensa de los derechos LGBT, 145 personas trans fueron asesinadas en 2023 y otras diez se suicidaron.
SNGZ