Los principales estudios de Hollywood alcanzaron un acuerdo laboral provisional con el sindicato que representa a los directores de cine y televisión, evitando probablemente un paro que habría presionado a las empresas de medios de comunicación para que llegaran a un acuerdo con los guionistas en huelga.
El sindicato Directors Guild of America (DGA) pedirá a sus 19 mil afiliados que aprueben el contrato de tres años, anunciado a última hora del sábado tras tres semanas de negociaciones.
Según la DGA y la Alianza de Productores de Cine y Televisión (AMPTP), que representa a Netflix, Walt Disney y otros grandes estudios, el acuerdo incluye mejoras salariales, además de salvaguardas sobre el uso de la inteligencia artificial.
El Sindicato de Guionistas de Estados Unidos (WGA) lleva en huelga desde el 2 de mayo, paralizando varias producciones televisivas y cinematográficas, y no tiene previstas nuevas conversaciones con los estudios.
Durante la última huelga del WGA en 2007 y 2008, un acuerdo de los estudios con el DGA hizo que los guionistas volvieran a la mesa de negociación. El viernes, el negociador del WGA Chris Keyser argumentó que esa estrategia no funcionaría esta vez.
"Cualquier acuerdo que devuelva el trabajo a esta ciudad pasa directamente por el WGA, y no hay forma de evitarlo", dijo Keyser en un vídeo publicado en YouTube.
Un representante del WGA no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios el domingo.
La DGA ha programado una votación para ratificar su nuevo contrato. Si se aprueba, podría ofrecer un modelo para los guionistas en huelga y las próximas conversaciones entre los estudios y SAG-AFTRA, el sindicato que representa a los actores de Hollywood.
En el acuerdo de la DGA, los directores se aseguran aumentos salariales a partir del 5 por ciento el primer año, un aumento de los ingresos residuales procedentes del streaming y la garantía de que "la IA generativa no puede sustituir las funciones desempeñadas por los miembros".
La IA se ha convertido en una de las principales preocupaciones de guionistas y actores, que ven sus trabajos especialmente vulnerables a la nueva tecnología.
MRA