En la remota comunidad amazónica de Betania, los miembros de la tribu Tikuna sospechan que el coronavirus llegó este mes, después de que algunos regresaron de un viaje en barco de dos horas por el río Solimoes para recoger dinero que da el gobierno.
Posteriormente, decenas tuvieron dolores de cabeza, fiebre y tos. Dos murieron. Y los cinco médicos del gobierno que trabajan para una comunidad de casi 4 mil personas no están atendiendo a los enfermos porque carecen de equipo de protección y pruebas para detectar al coronavirus, dijo Sinésio Tikuna, un líder de la aldea.
Es por eso que los Tikuna han recurrido a su remedio tradicional para las enfermedades respiratorias: inhalar humo de plantas medicinales y colmenas que queman.
La difícil situación de los Tikuna ilustra el peligro del coronavirus a medida que se propaga por la selva tropical donde las tribus viven en lugares cerrados con servicios médicos limitados. A la mayoría solo se puede llegar en barco o en avioneta.
“Estamos muy preocupados, principalmente porque no llega la ayuda”, dijo Sinésio Tikuna en una entrevista telefónica.
Brasil tiene el mayor número de muertos por covid-19 en América Latina, con más de 15 mil hasta hoy domingo. La ciudad per cápita más afectada es Manaos, en el Amazonas.
Mientras Sinésio Tikuna describía en la entrevista su creencia de que el humo de la colmena salvó a cuatro miembros de la tribu enfermos, en un hospital de Manaos no había nadie para ayudar a una mujer con fiebre que no podía respirar. Un policía la colocó en una camilla y la llevó adentro con la ayuda de un fotógrafo de The Associated Press.
Los indígenas que habitaban los ríos Solimoes y Negro que se fusionan en Manaos para formar el río Amazonas intentaron durante semanas sellar sus reservas debido al virus, pidiendo donaciones mientras esperaban las entregas de alimentos del gobierno para poder permanecer aislados. Pero para muchos la ayuda no llegó, dijeron los defensores indígenas.
La cuenca del Alto Solimoes tiene 44 reservas tribales y se ha convertido en el foco de infección indígena de la Amazonía brasileña. Las pruebas médicas son extremadamente limitadas, pero muestran que al menos 162 de los aproximadamente 76 mil indígenas del área han sido infectados y 11 han muerto. Hay más de 2 mil infecciones confirmadas en partes del área no supervisadas por el proveedor de atención médica indígena del gobierno.
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