El vestido que Jackie Kennedy lució el día en el que su marido fue asesinado no podrá mostrarse al público hasta dentro de 84 años.
El vestido que Jackie Kennedy lució cuando mataron a su marido, John F. Kennedy, en 1963, está envuelto en misterio. Tras el dramático hecho, el vestido quedó totalmente manchado de sangre y ella se negó a quitárselo.
Ese famoso conjunto Chanel de color rosa que lució Jackie, es en sí mismo una mentira.
La chaqueta y la falda que usó la entonces primera dama era una copia realizada por Chez Ninon, una tienda de modas neoyorquina que copiaba diseños de casas de diseño europeas con la autorización de estas. Y ese conjunto rosa era el preferido de John Kennedy.
En el libro Chanel-Her Life de Justine Picardine, la última biografía de Coco Chanel, se explica que Jackie Kennedy era una clienta fiel de la casa de moda hasta los años cincuentas. Después, tras haber recibido numerosas críticas de la prensa por gastarse 30 mil dólares durante la campaña electoral de su marido, no quiso volver a arriesgarse.
Y añade el libro: “Así fue como llevó un traje de Chanel rosa (completo, con tejido, acabado y botones del 31 Rue Cambon, pero hecho en Chez Ninon) el 22 de noviembre de 1963, cuando acompañó a su marido a Dallas”.
El famoso conjunto de Jackie se conserva con las manchas de sangre en una caja libre de ácidos y a humedad constante con su blusa, zapatos y bolso azules. Las medias de aquel día están envueltas en una toalla blanca.
Al traje de Jackie no tienen acceso ni los expertos de los Archivos. Lo dejó escrito en su herencia y su hija Caroline firmó un papel en 2003 para donar todos los derechos del traje a cambio de que estuviera guardado y lejos de la vista de cualquiera durante otros 100 años.
Cuando su marido fue asesinado, Jackie se negó a quitarse el traje ensangrentado durante horas. Su secretaria le había preparado un vestido limpio, pero la primera dama lo rechazó. “No, dejen que vean lo que han hecho”, explicó.
Ella usó el vestido aquel día para complacer a John. Jackie no quería ponérselo porque hacía calor y era pesado, pero le dio gusto a su esposo. Ya lo había llevado en público otras seis veces, entre ellas un viaje a Londres y un reportaje en la revista Life.
El último misterio, que nunca fue resuelto, se refiere al sombrero que llevaba aquel trágico día. También rosa y haciendo juego con el traje, la última vez que se lo vio fue en el hospital de Dallas donde los médicos intentaron en vano salvar la vida del presidente.
Allí, en el hospital, desapareció. Alguien se lo llevó. Como recuerdo o robo. Y ya son 56 años sin saber nada de él.